¿Cómo llegó Venezuela a la hiperinflación?

(Xinhua/Boris Vergara) 

Sólo en abril, el aumento fue de 80%, superando el 67% de un mes antes, según datos del Parlamento venezolano.

Apenas en abril de este año, comprar una botella de agua de un litro y medio en la ciudad de Caracas tenía un costo de 60 mil bolívares. Actualmente, el mismo producto, en la misma tienda, cuesta 200 mil bolívares, pero para finales de año quizá supere los 700 mil bolívares. Así es la hiperinflación en Venezuela.

De acuerdo al portal web de El Financiero, el Gobierno de ese país no publica una cifra oficial, pero sus habitantes ven aumentos de precios a la canasta básica cada día y el Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que los precios subirán 14 mil por ciento en todo 2018.

La comparación en dólares resulta ociosa. Existen tres tipos de cambio oficiales y las cotizaciones en el mercado negro se han disparado sin control en este año. Las cifras son simplemente enormes.

El Banco Central del país sudamericano establece un precio de venta del dólar en 70 mil bolívares, pero en el mercado negro superó en mayo los 700 mil bolívares según el sitio web DolarToday. En tanto, el salario mínimo diario ronda los 85 mil bolívares.

“El salario mínimo más los vales de despensa (cesta ticket) mensuales equivalen a 2.5 millones de bolívares, que son aproximadamente 3.7 dólares”, comentó en entrevista con El Financiero, Linda Romero, consultora senior del área de Investigación de Fraudes y Servicios de Disputa de Ernst & Young.

“Hace un par de semanas, el Gobierno aumentó el salario mínimo, una tontería, debido a que esas medidas forman parte de los problemas inflacionarios en el país y es algo que hace de manera constante”.

Solo en abril, el incremento en los precios de los productos rondó el 80.1 por ciento y un mes antes fue del 67 por ciento, de acuerdo con datos del Parlamento venezolano.

¿Cómo llega un país a esos niveles de inflación? El exceso y emisión artificial de la masa monetaria por medio de aumentos periódicos en la base del salario, un mercado interno débil y políticas públicas que distorsionan la economía a través de subsidios son las principales causas que tienen a los venezolanos sufriendo una crisis de precios incesante.

“La situación por la que atraviesa el país, es un problema que data de años atrás pero que se ha ido agravando en los últimos cuatro años, una de las principales causas, es la inyección de dinero artificial para financiar empresas públicas de forma no prudente y la situación fiscal que obstaculiza la entrada a mercados internacionales por el riesgo que trae consigo el país”, comentó en entrevista con El Financiero Cinthia Ortega, economista de la Universidad de los Andes.

“Con la entrada de Hugo Chávez a la presidencia, y a partir del 2003, se implementó el control de cambios o Cadivi, como un mecanismo que establece una forma donde todos tenían acceso a negociar divisas de una forma fija y no a nivel de mercado. Sin embargo, esto se prestó para una manipulación excesiva sobre el bolívar venezolano y el surgimiento de operaciones ficticias en el mercado paralelo, que dieron pauta a operaciones de lavado de dinero, por lo rentable que era comprar divisas a un precio fijo y revenderlas a terceros en el mercado interior y exterior, situación que permeó en todos los sectores de la sociedad”.

‘Tigre Toño’ deja el país

Para las empresas tampoco es fácil la situación. La estadounidense Kellogg’s anunció el martes que cesó sus operaciones en Venezuela y atribuyó la medida al deterioro de la situación económica y social.

La salida de la compañía fabricante de alimentos tomó por sorpresa a los trabajadores y un grupo de ellos permanecía en las puertas de su unidad local a unos 100 kilómetros de la capital sin poder ingresar en la jornada a las instalaciones, dijeron fuentes del sector industrial en la región.

La empresa, una de las pocas que seguía produciendo cajas de cereales en el país, explicó que la decisión es definitiva. Compañías como Clorox, Kimberly Clark y General Motors abandonaron el país en los últimos años de manera similar, agobiados por la recesión que persiste por cinco años y la primera hiperinflación que vive Venezuela.

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, dijo posteriormente que ordenó tomar el control de la fábrica de Kellogg’s en la ciudad de Maracay.

«Es la guerra de las transnacionales y el imperialismo», dijo el mandatario venezolano en medio de un acto de campaña a pocos días de las elecciones presidenciales donde busca un segundo mandato. (EL FINANCIERO)

 

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El Heraldo de Saltillo
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