TERESA GURZA
En carta dirigida esta semana al episcopado chileno, el Papa Francisco reprochó la “poco veraz” información que le dieron los obispos sobre abusos sexuales contra niños y jóvenes, cometidos en Chile por sacerdotes.
Y “con dolor y vergüenza”, pidió perdón a las más de 64 víctimas.
En su comunicación, el Papa ordenó a los 32 obispos del país viajar a Roma la tercera semana de mayo, para reflexionar sobre el asunto.
Dos semanas antes irán como invitados especiales que se alojarán en el Hotel Santa Marta donde vive el Papa, Juan Carlos Cruz, James Hamilton y José Andrés Murillo, abusados por el cura Fernando Karadima y quienes desde hace 10 años, han luchado por ser oídos y que se haga justicia.
Como reacción a la carta, la Conferencia Episcopal declaró que se harán cargo de los errores; mismos que involucran al cardenal Errázuriz y a los obispos de Osorno, Talca y Linares; quienes ocultaron al Papa las violaciones cometidas durante décadas contra decenas de jóvenes por Karadima, párroco de la iglesia del Bosque; ubicada en una zona acomodada de Santiago, la capital chilena.
Pero el cardenal Francisco Javier Errázuriz arzobispo emérito de Santiago, miembro del Consejo de Cardenales, cabeza de la Arquidiócesis en los años de los abusos y receptor de los documentos de denuncia, negó su responsabilidad aduciendo que no es su tarea informar al Papa “de lo que pasa en la Iglesia chilena”.
Como seguramente los lectores recordarán, el Papa Francisco estuvo en Chile a mediados del pasado enero; en una visita no muy bien recibida.
Lo que se atribuyó a su nacionalidad argentina; a declaraciones a favor de la salida al mar para Bolivia, en contra de la posición de Chile y los tratados existentes; a la creciente laicidad de la sociedad chilena; y sobre todo a que, pese a los escandalosos abusos de que se dice fue testigo, el obispo de Osorno, Juan Barros, estuvo presente en todas las ceremonias.
Y aunque el Papa pidió desde entonces perdón a las víctimas; acusó a algunos de los abusados entre ellos a sus tres invitados de hoy, de haber mentido.
Pero algo le debe haber quedado rondando, porque a los pocos días envió a Chile una comisión presidida por Charles Scicluna, obispo de Malta y especialista en casos de pederastia sacerdotal, para oír a las víctimas; principalmente a las de Karadima.
Y resultado de esa misión, es la carta en la que Francisco advierte que cuando los miembros de la Comisión le entregaron los informes:
«Reconocieron ante mí sentirse abrumados por el dolor de tantas víctimas de graves abusos de conciencia y de poder y, en particular, de los graves abusos sexuales cometidos por diversos consagrados de vuestro país contra menores de edad, a los que robaron la inocencia».
La carta fue leída a media semana en una plenaria episcopal; tras la que sus miembros emitieron una escurridiza declaración, en la que califican la llamada de atención del Papa, “como invitación a asumir con magnanimidad y humildad este desafío”; asegurando sentir como él, «dolor y vergüenza» por no haber logrado sanar las heridas dejadas por los abusos, “que siguen siendo una ‘llaga’ abierta en el corazón de la Iglesia».
Ante eso, llovieron comentarios contra la antes intocable jerarquía católica; y los diarios se hicieron eco de las críticas.
Aquí tienen algunas de ellas:
“Una respuesta tardía… solo existe impunidad para el que debería estar condenado…”
“…del catolicismo hace un buen rato que me aparte, no puedo ni quiero meter a todos los sacerdotes en un mismo saco, pero la acción de algunos, que no son pocos, lo ha logrado”
“…La teleserie continúa en mayo en Roma…”
“… Parece que al “Sr Nuncio” se le viene pesada la mano…”
“…Si se ha establecido de manera irrefutable que Barros es culpable, le toca ser castigado…”
“…Es una tragedia que el Santo Padre, nuevamente no tome decisión alguna…”
“Decepcionante…”
“… El Papa llegó a Chile absolutamente perdido”.
“Para reparar en lo posible, lo primero es que Karadima (actualmente condenado por el Vaticano a una vida conventual de oración y reflexión) sea metido en la cárcel…”
“Ninguna autoridad debe estar por sobre la ley, sea política, económica o religiosa.”
“… Ni hablar de los «guías», son tipos gordos, pedófilos, alcohólicos y con atracción a lo material”.
“…en pleno siglo 21 seguimos esperando que el Papa tome decisiones… Lo que deberíamos hacer es ejercer nuestras leyes, y que el curita pague con cárcel…”.
“Hay que limpiar la basura acumulada por décadas debajo de la alfombra, a vista y paciencia de la oligarquía chilena…”
Ya veremos qué pasa en mayo.
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