
AGROMINERÍA: LA MINERÍA VERDE QUE COSECHA METALES EN LUGAR DE DESTRUIR MONTAÑAS
Dr. Roberto Díaz Martínez
En un mundo donde la demanda de metales no deja de crecer y los yacimientos minerales accesibles comienzan a agotarse, surge una alternativa innovadora que combina ciencia, agricultura y sostenibilidad: la agrominería, o fitominería. Esta técnica promete cambiar nuestra forma de obtener metales, reemplazando excavadoras y explosivos por plantas que los extraen del suelo de manera natural.
El principio es tan sorprendente como simple: algunas especies vegetales llamadas hiperacumuladoras tienen la capacidad de absorber metales del suelo tales como níquel, cobalto, zinc o cobre y concentrarlos en sus hojas y tallos sin intoxicarse. Al cosecharlas, secarlas y procesarlas, se obtiene una biomasa rica en metales que puede transformarse en bio-óxidos metálicos, con aplicaciones en la industria, la medicina y la energía limpia.
La “minería verde” ofrece un enfoque radicalmente distinto al de la minería tradicional. No requiere excavar grandes extensiones de tierra ni generar desechos tóxicos. En cambio, recupera metales de suelos contaminados o degradados, al mismo tiempo que los rehabilita y los convierte nuevamente en espacios productivos. De hecho, algunos proyectos en Europa, Asia y América Latina han demostrado que los cultivos agromineros pueden capturar carbono, mejorar la calidad del suelo y producir ingresos sostenibles para comunidades rurales.
El presente de la agrominería se encuentra en una fase de expansión científica y tecnológica y muestra de ello se constata en un número creciente de país que participan en proyectos científicos. Investigadores en Francia y España se adentran en la recuperación de níquel; la República Democrática del Congo y Zambia, tienen una gran cantidad de plantas metalofílicas que investigación su potencial de agrominería; en Malasia, Indonesia, Filipinas y Papua Nueva Guinea, se ha demostrado la viabilidad del cultivo de plantas para recuperar níquel. En América se ha reportado la presencia de plantas hiperacumuladoras en Cuba y Brasil, y se mantienen en contacto con grupos de investigación de Canadá y Estados Unidos para el desarrollo de proyectos. Cuba y México experimentan con especies locales y buscan optimizar las condiciones agronómicas para aumentar la cantidad de metal acumulado por hectárea.
Asimismo, se están desarrollando métodos más eficientes para extraer los metales contenidos en la biomasa, creando un puente entre la agricultura y la metalurgia limpia. El futuro de la agrominería podría ser clave en la transición hacia una economía circular de los metales. A medida que los residuos industriales, suelos contaminados y minas abandonadas aumentan, estas “plantas mineras” podrían aprovechar esos espacios para recuperar recursos sin destruir ecosistemas. Además, el desarrollo de biotecnologías genéticas podría permitir crear nuevas variedades de hiperacumuladoras capaces de absorber elementos estratégicos como litio o tierras raras, fundamentales para baterías y energías renovables.
En pocas palabras, el agromining nos invita a imaginar un mundo donde las minas no sean heridas abiertas en la Tierra, sino campos verdes que cosechan metales al ritmo de la naturaleza. Una revolución silenciosa que podría marcar el comienzo de una nueva era: la era de la minería sostenible.
Escuela Superior de Ingeniería Lic. Adolfo López Mateos, Unidad Norte





