
Massachusetts, Estados Unidos.- Las personas expuestas a altos niveles de luz artificial tienen un riesgo cada vez más alto de enfermedad cardiaca, informan los investigadores en una reunión de la Asociación Americana del Corazón (American Heart Association).
Demasiada luz por la noche causa un aumento de la actividad cerebral relacionada con el estrés e inflamación de las arterias y a un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas. Lo advierte un estudio presentado en las Sesiones Científicas del 2025 de la American Heart Association que ha revisado tomografías cerebrales e imágenes satelitales para demostrar una trayectoria biológica que vincula la exposición a la luz nocturna con las enfermedades cardíacas.
La luz artificial de noche, o la contaminación lumínica nocturna, es prácticamente una frecuente en la mayoría de las ciudades. “Sabemos que los factores ambientales, como la contaminación sonora y del aire, pueden dar lugar a enfermedades cardíacas afectando nuestros nervios y vasos sanguíneos a través del estrés y se asoció con un aumento de un 35 por ciento en el riesgo de enfermedad cardiaca en un plazo de cinco años, y un aumento de un 22 por ciento en el riesgo en 10 años”, encontraron los investigadores del estudio.
En el nuevo estudio, los investigadores analizaron la salud de 466 adultos con una edad promedio de 55 años que se habían sometido a una TEP o una TC en el Hospital General de Massachusetts entre 2005 y 2008.
El equipo comparó la salud y los escáneres cerebrales de los participantes con su exposición a la luz artificial, según la dirección de su casa. Los resultados mostraron que los niveles más altos de luz artificial causaron actividad de estrés cerebral e inflamación de los vasos sanguíneos.
“Incluso los aumentos modestos en la luz nocturna se vincularon con un mayor estrés cerebral y arterial», señaló el Dr. Shady Abohashem, jefe de ensayos de imágenes cardiacas por TEP/TC del Hospital General de Massachusetts, en Boston. “Cuando el cerebro percibe estrés, activa señales que pueden desencadenar una respuesta inmune e inflamar los vasos sanguíneos. Con el tiempo, este proceso puede contribuir al endurecimiento de las arterias y aumentar el riesgo de ataque cardíaco y accidente cerebrovascular”.
Durante una década, el 17 por ciento de las personas desarrollaron una afección cardíaca importante. Su exposición a la luz se asoció con el riesgo de enfermedad cardíaca, incluso después de tener en cuenta otros factores de riesgo.
Los riesgos cardíacos fueron incluso más altos entre las personas que vivían en áreas con un alto ruido de tráfico, unos ingresos más bajos en el vecindario u otros factores ambientales que pueden aumentar el estrés, dijeron los investigadores.
Para contrarrestar estos efectos nocivos, “las personas pueden limitar la luz nocturna interior, mantener las habitaciones oscuras y evitar pantallas como televisores y dispositivos electrónicos personales antes de acostarse”, apuntó Abohashem.
Aunque el estudio aporta evidencia relevante mediante datos satelitales y tomografías, sus autores reconocen varias limitaciones. Se trata de un estudio observacional basado en información recopilada previamente, por lo que no puede establecer una relación directa de causa y efecto. Además, los participantes provenían de un solo sistema hospitalario, lo que impide generalizar los resultados a toda la población. (El Heraldo de Saltillo)
https://professional.heart.org/en/meetings/scientific-sessions


