
Ciudad del Vaticano.- El papa León XIV alertó sobre la aparición de “nuevas formas” de adicción entre los jóvenes ligado al uso excesivo de Internet, los videojuegos, las apuestas y la pornografía, que denota “un mundo carente de esperanza” y falto de “propuestas humanas”.
“El crecimiento del comercio y del consumo de drogas, el recurso al dinero fácil con las máquinas tragamonedas, la adicción a internet que incluye contenidos dañinos, demuestran que vivimos en un mundo privado de esperanza, donde faltan propuestas humanas y espirituales vigorosas”, señaló este 7 de noviembre el papa León XIV en un videomensaje a la Conferencia nacional organizada por el gobierno italiano sobre el tema de las adicciones, un problema que también afecta cada vez más a muchos países de Asia.
En un mensaje de vídeo enviado a la VII Conferencia Nacional sobre las Dependencias, organizada en Roma por el Gobierno italiano, el pontífice señaló que: “En los últimos tiempos las adicciones a las drogas y el alcohol, que siguen siendo las más difundidas, se han añadido formas nuevas, porque el creciente uso de internet, ordenadores y teléfonos inteligentes se asocia no solo con claros beneficios, sino también con un uso excesivo que a menudo desemboca en adicciones con consecuencias negativas para la salud, relacionadas con el juego compulsivo y las apuestas, con la pornografía y la presencia casi constante en las plataformas del mundo digital. El objeto de la adicción se convierte en una obsesión que condiciona el comportamiento y la vida cotidiana”.
El papa considera que estos son síntomas evidentes de un malestar: “Muchos jóvenes, explica en el vídeo, piensan que todos los comportamientos son iguales, son incapaces de distinguir el bien del mal y no tienen el sentido de los límites morales”.
En este sentido, León XIV destacó que “el miedo al futuro y al compromiso en la vida adulta” de los jóvenes les vuelve “particularmente frágiles”.
Durante su discurso, instó a fortalecer la prevención del malestar juvenil, destacando la importancia de aumentar la autoestima de las nuevas generaciones para contrarrestar el “sentido de inseguridad e inestabilidad emocional” que proviene tanto de las presiones sociales como de “la naturaleza misma de la adolescencia”.
A su juicio, el camino hacia la prevención debe incluir “oportunidades de trabajo, educación, deporte, vida sana y la dimensión espiritual de la existencia” concluyó. (El Heraldo de Saltillo)
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