La cifra de jóvenes de 18 a 29 años que no estudian ni trabajan, pasó de 7 millones a 8.4 millones, de acuerdo con datos del del Centro Mexicano para la Filantropía
El presidente ejecutivo del Centro Mexicano para la Filantropía, Ricardo Bucio Mújica, dio a conocer que en el país durante los últimos años, la cifra de jóvenes de 18 a 29 años que no estudian ni trabajan, popularmente conocidos como “ninis”, pasó de 7 millones a 8.4 millones, lo que calificó como preocupante, toda vez que en vez incorporando a esos jóvenes al sector educativo, laboral o productivo, se vuelven “carne de cañón” para el trabajo informal y en casos más graves para el crimen organizado.
De visita en Saltillo, Bucio advirtió del riesgo que representan este tipo de programas gubernamentales mediante los cuales se distribuye directamente el recurso a ciertos sectores de la población, ya que el tamaño cada vez mayor que tienen cada día en el presupuesto del gobierno las transferencias financieras hacen sumamente difícil sostener otro tipo de programas, según manifestó.
Mencionó que el hecho de que existan transferencias financieras por parte del gobierno no soluciona completamente las situaciones de las familias, toda vez que se dejan de prestar otros servicios públicos y se disminuyen las atenciones en materia de salud, así como las intervenciones de atención mental para los adolescentes y otros servicios educativos que son necesarios para la población más joven.
“Las familias necesitan una serie de apoyos de parte de las instituciones gubernamentales que no puede tener una familia por sí misma, aunque tenga recursos a través de las transferencias financieras. Y quizá una de las cosas que hemos visto con más preocupación es en el resultado de la medición multidimensional de la pobreza que acabamos de conocer este año los resultados de la medición de 2024 es la pérdida de casi 30 millones de personas con acceso a servicios de salud”, expuso.
“Claro que las personas con transferencias tienen acceso a medicina privada, a servicios de las farmacias, pero eso además de restarle fuerza al espacio público está aumentando la desigualdad entre aquellas personas que tienen y las que no tienen acceso a la salud pública. Hace tres años se eliminaron lo programas de escuelas de tiempo completo que permitían a los menores alimento, cuidado y ofrecían tranquilidad a las madres de familia, se han cerrado porque el recurso está yendo a transferencias financieras”. (ÁNGEL AGUILAR)



