Dónde no todo es lo que parece…
El próximo sábado 01 de noviembre el circo no traerá payasos ni malabaristas, sino palas, picos y esperanza. En el gran escenario de la Sierra de Arteaga, bajo el domo natural de los pinos y el aire frío que baja de la montaña, se levantará una función distinta: la de la conciencia ambiental.
El acto principal se llama reforestación, y el escenario es la Reserva Natural Voluntaria Rancho Las Delicias, donde se plantarán dos mil árboles sobre ochenta hectáreas de vida que se resisten al olvido. Pero esta vez, el espectáculo tiene un guion serio: el inicio del Corredor Biocultural Oso-Jaguar, un proyecto que busca devolverle a la naturaleza lo que durante años le hemos quitado.
En esta carpa verde, la Secretaria Susana Estens, a cargo de la Secretaría de Medio Ambiente de Coahuila, actúa como la directora de pista. Con firmeza y visión, coordina una función que no busca aplausos fáciles, sino resultados duraderos. Su trabajo ha sido el de hilar voluntades: unir al Gobierno del Estado, a la sociedad civil y a la iniciativa privada bajo una misma causa —la de proteger y restaurar los ecosistemas que nos dan vida—.
Y como en todo buen circo, hay números que sorprenden. La participación de Fundación Azteca de Grupo Salinas y Heineken México demuestra que cuando las grandes empresas deciden dejar la tribuna y entrar a la pista, los resultados se vuelven tangibles. Ellos no solo aportan recursos, sino también ejemplo: el de un compromiso ambiental que se traduce en acción, no en discurso.
Cada árbol de pino y encino plantado es un acto de resistencia, una metáfora viva de que sí es posible cambiar el guion. Porque mientras algunos aún se preguntan si “hacemos algo por el planeta”, aquí la respuesta germina en la tierra. La función verde demuestra que el espectáculo más importante no es el que se monta para la foto, sino el que deja raíces.
Este Corredor Biocultural Oso-Jaguar será, sin duda, una de las historias más ambiciosas de conservación en Coahuila. Pero también será una prueba: la de si somos capaces de mantener el telón abierto cuando se apagan las cámaras y se van los reflectores.
El gobernador Manolo Jiménez Salinas también tiene un papel central en esta función. Su visión es clara: que Coahuila se consolide como líder del Corredor Biocultural de la Frontera Norte, no solo por la extensión de su territorio, sino por su compromiso real con la conservación. Bajo su dirección, el estado aportará una parte significativa de las áreas que integrarán este corredor, reafirmando que el desarrollo sostenible no es un discurso decorativo, sino una política de Estado que se traduce en hechos concretos, medibles y con futuro.
Hoy, el circo político dio paso a un circo ambiental. Y aunque muchos aún no lo noten, el verdadero espectáculo es ver a las instituciones, empresas y ciudadanos trabajando juntos, no por aplausos, sino por el futuro… un futuro verde.
“Esperemos a que se acabe el circo, para verle la cara a los payasos”
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