Del salario mínimo dependió la democracia mexicana
El gran logro del equipo AMLO fue la disminución de la pobreza y la desigualdad en el país. La razón principal fue el aumento al salario mínimo, y no los programas sociales. Ante esa realidad, surge la pregunta de qué hubiera pasado si las alzas hubiesen sucedido en los sexenios de la alternancia, y si el éxito lo puede replicar la administración Sheinbaum.
No se necesitaba una gran reingeniería del Estado mexicano para disminuir la pobreza y la desigualdad: simplemente, se tenía que subir el salario mínimo. De acuerdo con la académica de la Universidad Iberoamericana, Graciela Teruel, en el sexenio de López Obrador se incrementó el ingreso laboral en un 24%, representando hoy en día el 69% del ingreso total de los hogares. Por otra parte, los programas sociales crecieron en un 223%, pero equivalen únicamente al 4% de los ingresos totales; la pensión para adultos mayores creció 551%, pero constituye solo el 3% del total. Lo anterior tiene sentido ante los aumentos salariales, y ante la ineficiencia del Estado mexicano.
“Lo único que le voy a reconocer a López Obrador: fue un gran acierto forzar los salarios mínimos para arriba. Yo me reunía cada mes con el conglomerado empresarial del país en Los Pinos y siempre me estaban friegue y friegue: ‘presidente, presidente, tiene usted que detener esta carrera de los salarios y los precios. La tiene que detener porque vamos a perder competitividad…”, señaló el expresidente Vicente Fox recientemente. Si tan solo los gobiernos de la alternancia hubiesen subido el salario mínimo, es altamente probable que López Obrador –y su proyecto autocrático– no hubiesen llegado al poder. Una gráfica de Parametría de junio de 2024 dice mucho: le preguntan a la población si su situación económica personal ha mejorado o empeorado. La línea de “empeorado” sube continuamente desde el sexenio de Fox hasta mediados del sexenio de Peña Nieto y, justo ahí, comienza a disminuir hasta el final del sexenio lópezobradorista. Y fue precisamente en el 2015 que se aprobó la reforma constitucional para desindexar el salario mínimo y comenzar las alzas. Hay una correlación muy fuerte; relación causal, nunca lo sabremos.
Como en otros temas, la administración pasada no le dejó mucho margen de maniobra al equipo Sheinbaum. El salario mínimo ya no puede aumentar mucho más porque, como comenta la Dra. Teruel, se encuentra muy cerca del ingreso medio. Por otra parte, de enero a abril de este año la inversión privada cayó 5% a tasa anual y, de enero a agosto, la inversión pública se desplomó 36%. El estancamiento económico es evidente, y se antoja difícil superarlo ante el fenómeno Trump y los problemas estructurales que representan la extinción del INAI, de innumerables organismos constitucionales autónomos y, sobre todo, la captura del Poder Judicial. Es muy probable que los muchos llamados que hizo la presidenta a la clase empresarial en su informe caigan en oídos sordos.
La cerrazón de López Obrador le trajo innumerables problemas al país, sin embargo, también rompió con el paradigma de no aumentar el salario mínimo. Millones de mexicanos salieron de la pobreza, y disminuyó la desigualdad. Ahora bien, la base económica sobre la que se para el autoritarismo morenista parece más endeble de lo que muchos pensábamos inicialmente.
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