La tragedia de Jaqueline: entre la búsqueda de belleza y las sombras de la cirugía estética no certificada

 La joven saltillense se habría inscrito a una tanda de estética; tras presentar complicaciones fue trasladada de la clínica en donde era operada al Hospital Universitario, en donde falleció

La historia de Jaqueline Yamilet Flores, joven saltillense de 25 años, se convirtió en un nuevo y doloroso caso de quienes buscan someterse a cirugías estéticas sin acudir con especialistas certificados. Murió la noche del martes 12 de agosto, en Monterrey, tras sufrir complicaciones durante una lipoescultura en un consultorio-clínica del sector Obispado.

De acuerdo con la información oficial, Jaqueline viajó desde Saltillo hasta la capital de Nuevo León para someterse a un procedimiento estético, presuntamente de busto y lipoescultura. La intervención se llevaba a cabo en un establecimiento ubicado en el Edificio Médico de Especialistas, sobre la calle Hidalgo 2532, cuando la joven comenzó a presentar complicaciones que obligaron a su traslado de urgencia al Hospital Universitario, donde fue declarada muerta.

Este miércoles, la Fiscalía General de Justicia del Estado de Nuevo León (FGJNL) confirmó que la paciente perdió la vida debido a un mal procedimiento quirúrgico.

La Fiscalía General de Justicia de Nuevo León aseguró el inmueble donde ocurrió la cirugía.

“El inmueble está asegurado y se están realizando diligencias primarias. Se pretende obtener datos de prueba que favorezcan al establecimiento de los hechos”, informó el fiscal Javier Flores.

El funcionario detalló que se investiga si el consultorio operaba legalmente y si se incurrió en algún grado de negligencia médica.

TANDAS DE CIRUGÍAS

El caso de Jaqueline puso en la mira a la financiera Toque Divino, que operaría en Saltillo y Escobedo, Nuevo León, misma que promociona cirugías plásticas a través de un esquema de pagos tipo tanda.

En redes sociales, mujeres denunciaron irregularidades en el modelo de operación de esta empresa, como la falta de valoraciones médicas previas y el nulo contacto con el cirujano hasta el día de la operación.

“¿Cómo es posible que el cirujano no te conozca hasta que te va a operar? No hubo valoración, no hubo nada”, reclamaron usuarias en plataformas digitales.

Tras el fallecimiento de Jaqueline, el Consejo Mexicano de Cirugía Plástica recordó que en Coahuila sólo existen 30 cirujanos plásticos certificados, de los cuales 10 ejercen en Saltillo.

El organismo advirtió que para realizar este tipo de procedimientos es necesaria una formación médica de hasta 11 años, que incluye carrera universitaria, residencia en cirugía general, especialización en cirugía plástica, experiencia quirúrgica y recertificación periódica.

“Poner la salud en manos no certificadas incrementa de forma alarmante el riesgo de complicaciones graves o muerte”, señaló el Consejo, que mantiene un directorio público de especialistas avalados.

Aunque en Coahuila no se han registrado quejas formales contra este tipo de financieras o clínicas, autoridades estatales mantienen vigilancia sobre establecimientos que ofrezcan procedimientos médicos sin contar con los permisos y personal calificado.

El caso de Jaqueline no es aislado: cada año, decenas de personas en México enfrentan consecuencias graves por cirugías estéticas practicadas en lugares sin regulación estricta.

Mientras la familia de Jaqueline exige justicia, la Fiscalía de Nuevo León avanza en el cateo al consultorio-clínica y en la toma de declaraciones al personal involucrado. El caso podría derivar en sanciones penales y administrativas si se confirma negligencia o ejercicio ilegal de la medicina.

(Con información de Agencia Reforma y David González de Infonor)