Más de 600 mil mexicanos viven con hepatitis C crónica, uno de los principales retos de salud pública

Es una infección silenciosa que puede causar cirrosis o cáncer de hígado

En el marco del Día Mundial Contra la Hepatitis, México enfrenta uno de sus principales retos en salud pública: la hepatitis C, una infección silenciosa que puede causar cirrosis o cáncer de hígado, pero que es, desde hace años, completamente curable.

En México se calcula que existen alrededor de 600 mil personas con hepatitis C crónica, según datos del Censida y Fundhepa presentados el 24 de julio de 2025.

La tasa de viremia (infección activa) se estima entre 0.27 % y 1 % de la población. Las entidades con mayor incidencia incluyen Baja California, Sinaloa, Chihuahua y Tamaulipas.

Quienes consumen drogas inyectables y personas privadas de la libertad presentan riesgo muy elevado, en algunos contextos con prevalencia muy cercana al 100 %.

Otras vías de transmisión incluyen transfusiones de sangre o hemoderivados antes de 1994, tatuajes y perforaciones sin esterilización adecuada, procedimientos dentales o quirúrgicos no seguros y contacto sexual sin protección.

Desde 2019, México ofrece tratamientos gratuitos, de alta eficacia (hasta un 98 %) con nuevas terapias antivirales de acción directa que requieren solo 12 semanas de una tableta diaria.

Entre los medicamentos utilizados están combinaciones como sofosbuvir/velpatasvir, con más del 90 % de curación en todos los genotipos, y glecaprevir/pibrentasvir con tasas de curación superiores al 80 % o incluso 100 % en algunos casos.

El Programa Nacional de Eliminación de la Hepatitis C, operando desde hace aproximadamente cinco años, impulsa acceso a diagnóstico y tratamiento en unidades básicas: de 60 centros en 2019 a más de 1 900 en 2024.

México se ha adherido al compromiso mundial de la OMS para eliminar la hepatitis C como problema de salud pública antes de 2030.

Se enfoca en grupos vulnerables como personas con VIH, usuarios de drogas inyectables, personas que recibieron transfusiones antes de 1994, privadas de libertad, etc. jornada.com.mx+4Gobierno de México+4FundHepa+4.

Principales desafíos

  • Aproximadamente el 75 % de las personas infectadas desconocen su diagnóstico.
  • El acceso desigual al diagnóstico y tratamiento en ciertos grupos vulnerables (como poblaciones en reclusión o marginadas) representa un obstáculo persistente.
  • La desinformación y estigmas alrededor de los consumidores de drogas o personas con hepatitis dificultan la detección precoz y participación en programas de prevención.

La hepatitis C en México ya no es una sentencia de por vida: es una enfermedad curable y prevenible, y el país ha dado pasos firmes hacia su eliminación como problema de salud pública. Sin embargo, lograr esa meta requiere incrementar la detección en personas que desconocen su estado, reforzar el acceso a tratamiento en poblaciones marginadas y combatir el estigma que rodea al virus.

Solo con compromiso institucional, educación, detección oportuna y acceso equitativo al tratamiento —como lo exige el lema global “Es hora de actuar”— será posible que México deje de ser uno de los países con mayor mortalidad asociada a cirrosis causada por hepatitis C, y se convierta en un ejemplo en América Latina y el mundo. (AGENCIAS)