“Año nuevo…”
Pasar el año nuevo con mi abuela me resultaba siempre muy divertido, ya que, implicaba realizar diferentes rituales para recibir el año con nuevas energías. Éstos comprendían desde hacer una limpieza profunda de toda la casa y sacudir los muebles con cada pequeña figurita que tenía de adorno, hasta salir corriendo a las 12 de la noche con las maletas para así augurar un año lleno de viajes. Cuando brindábamos mi abuelita decía “año nuevo, vida nueva” y nos invitaba a comer las uvas mientras sonaban las campanadas del reloj de mi abuelo, e ir analizando nuestros deseos y propósitos para el año que venía.
Tener nuevos propósitos para cada año puede funcionar como una manera saludable para que las personas tengamos un crecimiento individual y no nos estanquemos, un compromiso con nosotros mismos para la construcción de nuestra mejor versión.
Sin embargo, ante las vicisitudes de la vida, tener propósitos muy alejados de nuestra capacidad actual puede tornarse en algo negativo y que provoque el efecto contrario, generando ansiedad y miedo ante una meta enorme y muy difícil de alcanzar.
Cómo diría mi abuela “año nuevo, vida nueva” y este refrán, establece una meta demasiado amplia, cambiar de vida en tan solo 12 meses. Sería mejor ir paso a paso, incorporar poco a poco nuevos hábitos que nos encaminen hacia metas más grandes.
Muchas personas pueden hacerlo por sí mismas, pero también estamos aquellos que necesitamos una guía y acudimos a manuales, libros, podcast de salud mental, técnicas diversas para planificar correctamente los pasos a seguir durante el año para concretar nuestras metas.
Y es en este camino, de buscar al profesionista correcto o la herramienta más adecuada, que también nos topamos con personas que realizan aseveraciones revictimizantes acerca del estado de salud mental de los demás, como la tanatóloga Alejandra Aldaco, quién en una entrevista el día 29 de diciembre para un medio local, aseveró, que la actitud mueve montañas y no es necesario sufrir sino enfrentar las pérdidas con carácter.
Para muchas personas, es difícil el cambio de año, y eso va más allá de la actitud. Existen muchas causas principalmente sociales y culturales que imprimen presión y estandarizan cómo debe ser una persona y cómo mide su éxito.
Entonces si al terminar el año no tienes empleo o estabilidad en el empleo, no tienes salud, familia, pareja, hijos, no realizaste viajes, no compraste casa o coche y un largo etcétera, se siente como haber fracasado, y esta sociedad no admite el fracaso, estamos obligados a ser exitosos, esa es la presión social de la que hablo.
Si además de todo esto la persona no cuenta con salud mental y acude ante un supuesto profesional que le va a decir que es cuestión de «echarle ganas» el entorno es extremadamente negativo y revictimizante.
En la ciudad de Torreón, Coahuila una mujer subió a una torre eléctrica para presuntamente terminar con su vida. Al lugar, acudieron los rescatistas de la cruz roja mexicana y medios de comunicación, quienes, transmitieron el rescate en vivo a través de Facebook.
Los comentarios revictimizantes no se hicieron esperar. Personas de toda índole comentando que era mejor que dejaran que la mujer terminara con su vida o bien, que si ese era el caso, no estaría haciendo “show” o “drama”, por lo que asumieron que esta persona solamente estaba intentando llamar la atención.
Justamente si los supuestos profesionales de la salud mental, salen a emitir opiniones como la de la tanatóloga arriba mencionada, la sociedad refuerza estas creencias de que la salud mental en realidad es cuestión de “actitud” y “echarle ganas”.
Como sociedad nos falta educarnos mucho. Entender que es cierto, todos vivimos en el mismo mundo y tal vez todos estamos corriendo la misma carrera, pero no tenemos idea de las circunstancias en las que cada quien comenzó a correr, trotar o caminar por la vida. Entiendo que para algunas personas, la salud mental sigue siendo un tema tabú, del que poco se esfuerzan en entender, ya sea por falta de interés o porque sienten que los problemas mentales no existen puesto que no es algo que se pueda observar a simple vista, pero no estaría mal, comenzar a empatizar un poco con los demás.
A los profesionales de la salud exijámosles que muestren su cédula profesional ya sea que vayamos a solicitar sus servicios o sea que solicitemos una entrevista para señalarlos como expertos. A los medios de comunicación, nos hace falta indagar más sobre la persona a quien vamos a entrevistar, y tratándose de temas de salud, será mejor revisar quién es el profesional más apto, por tener las credenciales y la experiencia profesional, para emitir una opinión más objetiva y que contribuya en algo positivo para nuestra sociedad.
Ahora bien, entendamos que iniciar un nuevo ciclo no tiene que ser una tarea titánica, como decía mi abuela “año nuevo, vida nueva”, sino que más bien, cualquier momento del día o cualquier día de la semana puede ser un excelente momento para emprender el primer paso hacia cumplir nuestros objetivos y metas.
Éxito a todos mis lectores para este 2025.
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