OPINIÓN

COMPETENCIA Y COOPERACIÓN

Por

3 diciembre, 2024

Columna de El Colegio de Economistas de Coahuila, A.C.

La relevancia del consumo responsable durante la temporada decembrina

Por: Ileana Garza Reyes

Durante la temporada festiva, el consumo excesivo puede manifestarse de diversas maneras, desde compras impulsivas hasta la acumulación de regalos que muchas veces terminan olvidados. Este comportamiento no solo afecta nuestras finanzas personales, sino que también tiene un impacto significativo en el medio ambiente. La producción masiva de productos genera una gran cantidad de residuos y contribuye al agotamiento de recursos naturales. En este contexto, es fundamental replantear nuestras costumbres navideñas y optar por alternativas que promuevan una celebración más consciente y responsable.

En general, el mes de diciembre es uno de los más altos en términos de consumo en México, y Coahuila no es la excepción. Las festividades, junto con ingresos adicionales como aguinaldos y bonos de fin de año, fomentan un aumento en el gasto. Se estima que muchas familias destinan una parte significativa de su presupuesto a cenas, regalos y decoraciones.

Es común notar como las tiendas y centros comerciales comienzan a exhibir decoraciones navideñas desde octubre o noviembre, lo que crea un ambiente propicio para el consumo anticipado. Esta estrategia no solo busca atraer clientes sino también generar un sentido de urgencia y deseo por comprar.

Como es costumbre, durante la segunda semana del mes de noviembre, el llamado «Buen Fin», también marca el inicio del periodo de compras navideñas. Este evento ha demostrado ser un catalizador para las compras anticipadas, con una gran parte de la población participando en él. De acuerdo con el censo realizado a consumidores y comerciantes, por parte de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco Servytur), se estima que en la edición del 2024 las ventas superaron las del año pasado, lo que sugiere que los consumidores están cada vez más dispuestos a gastar.

Además, durante las fiestas decembrinas, se genera un incremento notable en la producción de residuos sólidos. En general, se ha reportado que la generación de desechos puede aumentar hasta un 30% en comparación con otros meses del año debido a envoltorios, decoraciones y productos desechables.

Por ello, es importante considerar implementar acciones donde la generosidad se combine con un compromiso genuino hacia el cuidado del planeta. En lugar de centrarnos únicamente en la cantidad de regalos, podemos explorar opciones que realmente aporten valor a la vida de nuestros seres queridos sin comprometer el bienestar del medio ambiente. Esto podría incluir regalos hechos a mano, experiencias compartidas o productos de empresas locales que practiquen la sostenibilidad.

Adoptar el consumo responsable durante la temporada decembrina implica reflexionar sobre nuestras decisiones de compra lo que comienza con una correcta planificación que incluye hacer una lista y establecer un presupuesto para evitar compras impulsivas. Al mismo tiempo, apoyar al comercio local se convierte en una alternativa valiosa, ya que optar por productos de la región no solo beneficia la economía local, sino que también reduce la huella de carbono asociada al transporte de mercancías.

Además, es fundamental dar regalos con propósito eligiendo opciones duraderas, reutilizables o eco-amigables, como experiencias en lugar de objetos materiales, lo que refuerza un enfoque más sostenible. Por último, utilizar envoltorios reciclados o reutilizables para los regalos ayuda a minimizar el uso de plásticos, contribuyendo así a un entorno más limpio.

En conclusión, el consumo responsable durante las festividades no solo es una forma de celebrar con mayor conciencia ambiental, sino que también promueve valores como la generosidad y la sostenibilidad. Al adoptar estas prácticas, podemos disfrutar de una Navidad más significativa y menos centrada en lo material, fomentando un impacto positivo tanto en nuestras vidas como en el planeta.

Nota: la autora es vicepresidente ejecutiva de Coordinación de Comisiones de El Colegio de Economistas de Coahuila, A.C.