Calavera trumpista y reforma judicial
Noviembre trajo dos noticias que tendrán un gran impacto en la política, la economía y la vida pública en México. Lo curioso es que se dieron a conocer el mismo día, a pesar de estar desvinculadas entre sí.
Me refiero, por un lado, a la decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en validar la reforma judicial impulsada por Morena, y por el otro, a la victoria de Donald Trump que barrió en las elecciones en los Estados Unidos. La Presidencia y el Senado serán del Partido Republicano. La Cámara de Representantes está por definirse.
Ambos sucesos políticos eran inevitables. El primero resultaba fácil de anticipar a raíz de la mayoría calificada, “aplastante” en palabras de un legislador coahuilense, que obtuvieron Morena y sus aliados en las pasadas elecciones. Si no avanzaba el “Plan C”, ya se cocinaba el “Plan D”.
La segunda noticia fue pronosticada con antelación a través de las encuestas electorales. El atentado de julio en Pensilvania le vino como anillo al dedo a Donald Trump, ya que a partir de ese momento su popularidad no hizo más que subir. Los debates reforzaron sus índices de aprobación.
Están por verse las implicaciones, no obstante, el primer efecto salta a la vista: con la reforma al Poder Judicial, Morena consigue transformar casi todos los ámbitos del poder político.
Morena imprimió cambios en la calle, fundamentalmente en la forma de movilizar a los votantes y reclutar liderazgos. El éxito de esta estrategia se refleja en la cantidad de votos que capta en cada elección. Es más fácil reformar cuando se tiene legitimidad y apoyo popular.
Igualmente, al desaparecer organismos autónomos y fideicomisos, convertir la CFE y Pemex en empresas públicas, elevar los programas sociales a rango constitucional, crear la Guardia Nacional, entre otras reformas, la 4T está cambiando la administración pública central.
El empuje transformador también llegó a las cámaras legislativas, pues con la mayoría alcanzada en las pasadas elecciones, Morena ha reconfigurado el Parlamento en favor del programa de izquierda.
Como sabemos, recientemente consiguió un cambio trascendental en el Poder Judicial para que, producto de la reforma, sean electos por voto popular los jueces, magistrados y ministros.
Por otra parte, es innegable que el triunfo de Donald Trump fue otra de las noticias más impactantes en lo que va del año. Naturalmente, al interior de Morena brota cierta incertidumbre. Si bien Claudia Sheinbaum aseguró que “no hay motivo de preocupación”, la experiencia con el primer mandato del republicano exige cautela.
La victoria del magnate fue sorpresiva para algunos, sobre todo en México, donde se insistía que Kamala Harris remontaría, tras el desmoronamiento prematuro de la campaña de los demócratas. La realidad es que las encuestas pronosticaron acertadamente que la postulación de Biden fue como tirar un mes de campaña a la basura. Contra el astuto Trump, esto significó dibujar una calavera.
El mes de los espantos, Trump se asemeja a un alma en pena que, entre lamentos, susurra “subiré los aranceles”. Esta es una de las primeras amenazas a nuestro país si las autoridades no atienden sus condiciones en el combate al narcotráfico.
Con un aumento de los aranceles en 25 %, la economía mexicana viviría un verdadero horror.
Finalmente, quizás las noticias no estén desvinculadas. Durante los próximos cuatro años, es posible que la transformación deba incluir a Trump en sus cálculos.
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