LAS PERSONAS PONCHA GLOBOS

¿Te ha pasado que, en algún momento de tu vida, te centras en realizar un cambio que te llena de emoción y que contribuiría mucho a tu felicidad? Tal vez un nuevo negocio, una nueva relación, un viaje, una nueva adquisición… Y, lleno de alegría, compartes tus ideas y tus avances, incluso tus retos, con alguna persona importante para ti. Acto seguido, recibes una retroalimentación que te desmotiva; algo parecido a un: “no creo que sea el momento”, “estás tontito”, “está bien difícil”, “te están queriendo usar”, “piensa en lo que puedes perder”…

A esas personas que desmotivan sin hacer un análisis adecuado e imparcial de la situación, yo les llamo “Poncha Globos”. Te ven con ganas de accionar, contento, ilusionado y creciendo, mientras ellos permanecen cómodos en su seguridad (o inseguridad), de la cual seguramente eres parte, y desde su lugar de confort te dicen que deberías abandonar tu meta, y que tu mejor estado es el que tenías antes, ya que tu cambio provocará que ellos tengan que cambiar también.

Entonces te aplican un testamento de escenas desalentadoras llenándote de confusión, temor y desánimo, provocando que termines abandonando aquello que realmente te causaba mucha ilusión. Y quedándose ellos tranquilamente en su falsa zona de confort para no perder el beneficio de que continúes en el lugar en el que te encontrabas generándoles un beneficio indirecto por estar ahí

¿Por qué lo hacen?

Muchas veces es porque, como te platiqué anteriormente, saben que con tu cambio tendrán que tomar acción para arreglar sus propias vidas. Les es más conveniente que te quedes como estabas antes para que ellos no tengan que esforzarse en trabajar para obtener aquello que tú les dabas. Pero, ¿sabes una cosa? Que cuando te dedicas a arreglarle la vida a los demás dejas de solucionar la tuya. Existe una línea muy sutil entre “apoyar” y “cargar».

En otras ocasiones, les parece grandiosa tu idea, tan grandiosa que la quieren para ellos. Te desinflan, te ponchan, la abandonas, y después de un tiempo terminan robándote tu sueño. Personas envidiosas que están esperando una oportunidad para robar los sueños de los demás.

Y en otras, muchas veces es porque les da miedo verte fracasar y, de manera sobreprotectora, quieren evitar un desenlace fatal para ti, filtrado a través de sus limitaciones o de experiencias non gratas que vieron en otras personas. Con una buena intención oculta, pero que no te sirve, ya que si deseas un cambio, es porque ya no estás satisfecho con lo que tienes.

A algunas personas les molesta ver el éxito y la felicidad en otros, porque la luz de sus logros sacará a relucir su propia incompetencia o inseguridad para tomar riesgos. Entonces, harán todo lo posible para que cualquiera que quiera sobresalir se quede limitado como ellos, y de ese modo no se sientan mal consigo mismos ni exhiban su falta de valentía

Ante ésto, te recomiendo que selecciones bien a las personas con quien compartes tu información, sobre todo tus sueños y proyectos. Si lo que buscas es apoyo, considera primeramente si el afecto que la persona te profesa no tiene un interés escondido. Y si lo que buscas es un consejo, pregúntale a quien ya está en el lugar en el que quieres estar.

Los amargados y frustrados te hablarán desde su amargura y su frustración. Los envidiosos desde su incompetencia y los exitosos desde la plenitud de su crecimiento.

Recuerda que si tuviste ese sueño o ilusión, es porque tu alma te está llamando a experimentar un crecimiento a través de esa inspiración. Y tal vez, en este momento, ya estés listo para pasar a la siguiente fase grandiosa en tu vida.

Y, finalmente, pregúntate: ¿Realmente eso que deseo conseguir es lo que quiero para mi futuro? Porque si realmente lo quieres, frente a quien esté intentando poncharte el globo, podrás generar un plan de contingencia frente a los “no” que te está mostrando.

Jamás permitas que personas con mentes limitadas te impidan alcanzar la grandeza de tus sueños y tu potencial. Llegaste a esta vida con un propósito: el de ser feliz y vivir con plenitud. No le pidas permiso a nadie para ser feliz, mientras tu felicidad no implique hacerle daño a alguien más.

 

coachteylealg@gmail.com

 

Autor

El Heraldo de Saltillo
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