Hegel, uno de los grandes filósofos alemanes, afirmaba que sin pasión nada grande se puede hacer en este mundo, y es muy cierto; y si a la pasión le agregas la visión, habrá un porcentaje muy alto de alcanzar el éxito. El 23 de septiembre de 2008, fue el lanzamiento oficial del sistema operativo móvil llamado Android. Basta saber que el 70% de los teléfonos móviles dependen de este sistema operativo para darnos cuenta de su importancia. Y aquí viene una gran lección: no tenerle miedo a los inicios pequeños y modestos.
La historia de Android es una historia de transformación e innovación, creado por un equipo de 4 visionarios, y apasionados por la robótica y la tecnología, al unir sus capacidades, talentos y una visión conjunta, hicieron una apuesta audaz. Este sistema no nació pensado para los teléfonos inteligentes, sus creadores lo diseñaron para que hiciera más efectiva la calidad de las cámaras digitales. No obstante, la venta de cámaras digitales estaba en caída libre, pero estaban los teléfonos móviles, no les quedó más remedio que cambiar de enfoque, y el cambio les funcionó.
En lo personal me fascinan los grandes avances de la ciencia y de la tecnología; por ejemplo, ver motores de máquinas, la ingeniería detrás de sistemas de uso eficiente de recursos, los aparatos médicos y la precisión con la que funcionan, poder conocer el mecanismo que hace funcionar el smartphone, para muchos el invento más revolucionario de la historia de la humanidad. Sin embargo, admiro más la mente humana que ha sido capaz de desarrollarlos, y me sorprende aún más le Ser, que creó al ser humano, y lo dotó de estás capacidades maravillosas.
En esta historia de la creación y desarrollo de este sistema operativo, deja muchas enseñanzas para la vida práctica: nace imperfecto, pero se mejora, evoluciona, incorporando siempre nuevas características; cuando supe cómo se fue desarrollando me llamó mucho la atención de que nunca querían perderse el estreno, la premier, siempre se lanzaba antes de que se lanzara la competencia. No llegar tarde, cuando llegas tarde otros ocupan tu lugar. La innovación implica también llegar primero.
Android continua siempre con la búsqueda de nuevos espacios, hoy lo vemos en las tablets, televisores, en los automóviles, sistemas de navegación, se ha infiltrado hasta en los pagos que hacemos por tarjeta, está presente en casi todos los rincones de nuestra vida digital. Ciertamente su crecimiento y evolución han tenido un gran impacto en nuestras vidas. Pero me queda una duda y preocupación: ¿Estos sistemas inteligentes? ¿No nos estarán haciendo menos inteligentes?
Algunos ya han alertado, que estamos esclavizados ante pantallas que nos transmiten videos de 15 segundos cuyos contenidos no está relacionados entre si, y que se nos dificulta leer textos de 250 páginas en las cuales se hace casi imposible retener y detectar la relación entre la información de la última página con la primera. Espero que Android y sus competidores no nos hagan menos inteligentes mientras ellos evolucionan y se perfeccionan aún más.
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