Continúan fracasos de “La Escuela es Nuestra” tesorera de la Miguel López de Saltillo se lleva 200 mil pesos

Luego de que el Gobierno Federal decidió entregar los recursos económicos para cubrir las necesidades de las escuelas a los padres de familia, los robos de estos fondos por parte de los encargados de administrarlos sigue reportándose.

Tal es el caso del jardín de niños y la escuela primaria Miguel López en donde quien fue elegida como administradora desapareció de la comunidad educativa y con ella casi 200 mil pesos.

En estas dos centenarias instituciones se dejó una deuda a proveedores por casi 190 mil pesos lo que representa obras inconclusas como la instalación de aparatos de aire acondicionado en 20 salones de ambos planteles.

Blanca María Gabriela Valdés Valdés, directora de este Jardín de Niños, comentó en entrevista la serie de problemas que se han presentado a raíz de la implementación del programa federal La Escuela es Nuestra.

Dijo que la obra de instalación de los aparatos se quedó inconclusa ante el impago por parte de la tesorera a los electricistas quienes día tras día demandan el pago que se les adeuda.

Se lograron instalar baños y lavamanos en ambos planteles, pero en el caso de los aparatos de aire acondicionado, sólo realizaron la instalación eléctrica.

“En esta obra fueron cinco salones en el jardín de niños y quince en primaria  y por las dimensiones alcanzaba sólo el cableado y poner las tomas, en el caso del eléctrico se le deben 124 mil pesos y al plomero, por el cambio de sanitarios y drenaje obstruido, 10 mil”, detalló.

Aunado a otros detalles que los trabajadores realizaron en ambos planteles, se tiene un adeudo de 190 mil pesos, de 600 mil que la Secretaría de Educación Federal entregó como parte del programa La Escuela es Nuestra para las obras compartidas del kínder y la primaria Miguel López.

“Con este programa fuimos beneficiadas con un recurso compartido desde noviembre del 2023, se hizo un comité elegido por ellos mismos y se estuvo trabajando con los padres que aparentaban que marchábamos bien con la tesorera”, dijo.

Sin embargo, cuando los proveedores comenzaron a requerir los pagos, la tesorera simplemente ya no contestó llamadas ni correos y se fue de la institución y aunque ya fue citada en la Secretaría del Bienestar, a la escuela no se les ha resuelto el tema y se ven forzadas a cargar con la deuda y la presión de los contratistas. (DAVID GONZÁLEZ/INFONOR)