EL MAPA NO ES EL TERRITORIO

 

Últimamente me llama mucho la atención, al observar las interacciones humanas, que pareciera que cada persona tiene la respuesta a cómo resolver la vida de los demás, sin poner atención a sus propias vidas. Y, en realidad, lejos de dar respuestas, lo que comunican es la proyección de sus propios significados y experiencias, de sus puntos de vista y de sus interpretaciones personales a lo que sucede con los otros.

Se cuentan “su propio cuento” acerca de lo que vive el otro: emiten juicios, afirmaciones y conclusiones acerca de las intenciones de las otras personas, como si fueran la verdad absoluta; asegurando que los otros tienen una intención, o dijeron o actuaron bajo la intención que ellos mismos se crearon en su cabeza. Llegan a la conclusión de que si, en el pasado, ellos vivieron una experiencia similar, todo lo que se le parezca significa lo mismo: es decir, proyectan en las experiencias de los demás los mismos juicios, las mismas intenciones y las mismas respuestas que tuvieron en sus propias experiencias.

En coaching, existe una presuposición que es imprescindible aplicar para  respetar la verdad del otro y que veo con urgencia que todos requerimos aplicar: “EL MAPA NO ES EL TERRITORIO”.

Un pequeño dibujo en un trozo de papel no representa la realidad ni la totalidad de todo lo que existe en un territorio. Omite la flora, la fauna, la vegetación, los relieves magníficos o las vistas majestuosas que hay ahí. Del mismo modo, tampoco representa la historia, los cambios geológicos o demográficos que se vivieron o un área en la que pueda existir un peligro o un depredador, o una gran riqueza de colores y de vida que hay que conservar y respetar.

¿Qué sucedería si solamente nos quedamos con lo que hay en el mapa, incluso con un mapa obsoleto, creyendo que lo que vemos en el mapa representa “absolutamente” todo lo que existe ahí?

Cualquier desarrollador de proyectos sabe que, si pretende proyectar y construir un gran diseño, primero requiere realizar una visita física al lugar, ya que, el sólo proyectar con lo que hay en un mapa o una cartografía puede generar un gran riesgo para el inversionista, sin conocer de fondo el terreno y todo lo que hay ahí, todo lo que se requiere conservar o remover.

En la vida real, al interactuar unos minutos o incluso algunos días con una persona, podemos cometer el error de creer que ya la conocemos en su totalidad, sólo con unos cuantos datos. En realidad, sólo imaginamos su identidad, sus luchas y su personalidad; y muchas veces nos atrevemos a hacer juicios o pretendemos arreglarla porque pensamos que tenemos todas las respuestas a sus retos personales. Incluso y, sin que nos lo hayan pedido, les “mostramos” sus supuestas intenciones y errores, olvidando que SÓLO SON INTERPRETACIONES NUESTRAS.

 

El otro es el otro, te guste o no.

 

Aunque hayas vivido una experiencia en el pasado que se parezca a la del otro, no puedes otorgarle el mismo significado ni proyectarle tus mismos dolores: ES SU EXPERIENCIA, NO LA TUYA. Requieres tener sumo cuidado en no proyectar tu parte de dolor, trauma o solución a otra persona, para que ella misma pueda encontrar “sus” propias soluciones, si es que realmente quieres ayudarle.

¡Cómo serían las cosas diferentes si desarrolláramos una escucha activa poderosa! En la que pudiéramos identificar la verdad del otro antes de proyectar nuestros propios mapas mentales y nuestros juicios. Recordemos que ésto es fundamental para lograr acuerdos y potenciar la empatía y la compasión, fomentando el compromiso y la unión entre las personas y los equipos de trabajo. Si deseas desarrollar estas habilidades, con gusto puedo apoyarte para que logres construir sobre un terreno que realmente conozcas y tus proyectos sean exitosos.

 

coachteylealg@gmail.com

 

Autor

El Heraldo de Saltillo
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