Monterrey, NL.- Mucho se ha hablado durante estos años sobre el doble crimen cometido por Diego Santoy Riveroll el 2 de marzo del 2006 en la Colonia Cumbres, en Monterrey, pero hacía falta un libro que reuniera todas las versiones.
De esto trata el libro El caso Cumbres. Toda la verdad sobre los crímenes de Diego Santoy, que ya comienza a circular en librerías bajo el sello de Aguilar.
La madrugada de ese día, el joven de 21 años entró con pasamontañas y cinta canela en los tenis a la casa de su ex novia Erika Peña Coss, en Cumbres Quinto Sector, y asesinó a puñaladas y ahorcando con el cordón de una persiana respectivamente a los hermanos Érick y María Fernanda Peña Coss, de 7 y 3 años, y dio por muerta a su ex pareja, de 19 años, tras golpearla con un martillo y casi degollarla.
Al salir, Santoy privó de su libertad a Catalina Bautista, trabajadora doméstica de la familia, a quien se llevó en la cajuela del auto y liberó en la Colonia Vista Hermosa.
Casi cinco días después, el asesino fue capturado en Oaxaca y trasladado a Monterrey junto con su hermano, sentenciado también por posesión de cocaína: intentaban huir a Guatemala.
El caso se volvió mediático sobre todo por el ingreso a su defensa de Raquenel Villanueva, abogada polémica y asesinada años después por vínculos con el narcotráfico en el 2009. Ella dio un giro al caso cuando involucró como posible cómplice a la ex pareja de Santoy, lo que nunca se comprobó.
En el 2021, las autoridades le ratificaron por tercera vez a Santoy una sentencia condenatoria por 71 años, siete meses y 27 días. Saldrá pasados los 60 años de edad.
Munguía, nacido en Hermosillo en 1983, dice que se interesó en el caso desde el inicio.
“La devastación sembrada por Santoy me horrorizaba y, a la vez, me cuestionaba sobre qué factores debían confluir para que una persona cometiera esas atrocidades”, afirma en entrevista.
“Después mi interés se centró en el giro que se dio a la historia en la percepción pública.
“Los eventos se tergiversaron de forma burda, pero efectiva.
Sentí que era esencial presentar una versión lo más fiel y completa posible de lo ocurrido.
Aunque no imaginaba que tardaría 18 años en tener la oportunidad de compartir el resultado de ese trabajo, estoy agradecido de que finalmente esté por llegar ese momento».
El narrador y ensayista dice que, al principio, planeó escribir una novela, pero luego cayó en la cuenta de que el caso requería un enfoque más centrado en la documentación.
“Convertí mi proyecto en un relato de no ficción, lo que implicó una extensa investigación en informes judiciales, cobertura periodística y testimonios clave, entre otros materiales. El mundo hiperconectado en el que vivimos y el Sistema Nacional de Transparencia facilitaron el acceso a esos recursos”, explica.
Munguía, escritor y coeditor del libro Las cartas del Boom, sobre la correspondencia entre Julio Cortázar, Carlos Fuentes, Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa, señala que se sintió obligado a escribir sobre el tema debido a la cobertura mediática del doble crimen, sobre todo de las televisoras locales y nacionales.
“Si en el momento de los crímenes proliferó el sensacionalismo, también hubo medios que decidieron darles un tratamiento serio. Hoy, en cambio, esa seriedad brilla por su ausencia: la crisis de los medios tradicionales y el auge de las redes sociales han influido en la calidad de la información.
“La competencia por la atención ha llevado a una proliferación de noticias sensacionalistas.
Esto ha provocado que la información sobre el caso esté casi siempre distorsionada”.
Munguía dice que la versión engañosa de Santoy sobre la complicidad con su ex pareja en los crímenes y su arraigo en parte de la opinión pública lo impulsó a esta investigación.
“Me sorprendió ver cómo esa versión nunca comprobada logró captar tanto apoyo. Con el tiempo he comprendido que el tratamiento mediático de este caso ha sido tan superficial y sensacionalista como el de un reality show”, expresa.
“A menudo, el público antepone el entretenimiento a una comprensión profunda y respetuosa de los hechos”.
De acuerdo con el autor, la investigación policiaca fue hecha de forma cabal por profesionales en sus áreas.
“Mi libro procura ofrecer una narrativa basada en datos y documentación que permita al lector obtener una visión completa y fiable del caso, algo que no se había intentado hasta ahora”.
– Diego es totalmente culpable, ¿cierto?
“Lo es. Pero la verdad se ha visto opacada por teorías alternativas y especulaciones”.
Munguía comenta que durante su investigación se sumergió en el género del true crime, tanto en su vertiente literaria como en la audiovisual.
“Mi libro es de los que incluye en su narrativa parte de su propio proceso de investigación, aunque sin la intención de quitarle protagonismo a la historia central, que son los crímenes abordados y sus distintas repercusiones”.
– ¿Cómo puede pasar alguien que trabaja la correspondencia de los autores del Boom a un multicrimen tan mediático?
“Los temas parecen muy distintos, pero ambos proyectos implican la recuperación de historias reales significativas. En Las cartas del Boom mis compañeros coeditores y yo tratamos de poner a la luz los pormenores de las relaciones entre cuatro autores fundamentales de nuestra literatura.
“Con El caso Cumbres busco rescatar una historia sobrecogedora, que a la vez ilustra nuestras taras como sociedad, extraviada entre la desinformación y la desmemoria colectiva”.
El Caso Cumbres. Toda la verdad sobre los crímenes de Diego Santoy ya se encuentra en librerías. (AGENCIA REFORMA)
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