BARRIO MÁGICO
Muy al sur de Saltillo, por la calle General Cepeda, esa que está recarpeteando CHEMA FRAUSTRO, hay un restaurante que se llama “Casa Vieja” en el que sólo sirven desayunos, cuya peculiaridad es que todos sus platillos están inspirados en algunos de los personajes y las leyendas más conocidas de la ciudad. De tal forma que en el menú se encuentran platillos en honor a Rosita Alvírez y también a su asesino, el desalmado Hipólito —que por cierto no se llamaba Hipólito—; a Agustín Jaime —cuya verdadera historia promete revelar pronto el historiador saltillense avecindado ya desde hace muchos años en Múzquiz, FRANCISCO “Pancho” TOBÍAS; a su tocayo, Pancho “La Gallina”, referente indiscutible entre los matachines de Saltillo; a las campanas de la Catedral, incluyendo a la que desde hace años está castigada; a los insuperables Sarapes de Saltillo; y por supuesto, a Mónico Martínez, aquel al que se lo llevaron las brujas, y que, según el mismo Tobías, es en la casa en la cual vivía en dónde se encuentra el restaurante al que hago referencia.
¿Y a que viene todo esto? Muy sencillo, “Casa Vieja” se encuentra enclavado en el barrio del Ojo de Agua, lugar dónde la leyenda asegura que ocurrió la fundación de Saltillo, y que el sábado pasado, durante el Tianguis Internacional de Pueblos Mágicos realizado en San Antonio, Texas, obtuvo la denominación de “Barrio Mágico de México”, algo muy similar a la de “Pueblo Mágico”, pero que en este caso sólo se otorga a sitios emblemáticos dentro de una ciudad, siendo este el primero que se le concede a algún lugar de Coahuila.
ÚNICO E IRREPETIBLE
El nombramiento lo entregó el secretario de Turismo, MIGUEL TORRUCO, quien dijo que “Un ‘Barrio Mágico’ representa un espacio en el que se combinan diversos elementos, que lo hacen único e irrepetible: historia, cultura, gastronomía, productos y servicios, así como la convivencia de la población local con los visitantes. Es un lugar donde se puede descubrir el ‘espíritu’ y esencia de una ciudad”.
A nombre de Saltillo, lo recibió MARIO MATA QUINTERO, titular de Fomento Económico y Turismo de Saltillo, y por parte del Gobierno del Estado, MARTHA MONCADA ZERTUCHE, encargada del despacho de la Secretaría de Turismo. Este nombramiento hará que lleguen muchos visitantes a la iglesia que se construyó en el sitio donde brota el “ojo de agua” o el “saltillo de agua” que le da nombre a nuestra ciudad, y ya que anden por el rumbo, irse a desayunar alguno de los platillos que ofrecen en la casa de Mónico, con el riesgo de que se les aparezca una bruja, tal como le pasó al infortunado propietario de ese lugar.
EL QUE LA HACE, LA PAGA
En los últimos meses, los coahuilenses hemos sido testigos del engranaje y buen funcionamiento que existe entre la Secretaría de Seguridad Pública, a cargo de FEDERICO FERNÁNDEZ; la Fiscalía General de Coahuila, dónde manda GERARDO MÁRQUEZ; y el Poder Judicial del Estado, encabezado por MIGUEL MERY.
Casos mediáticos, como el del feminicida que privó de la vida a Nayelly “N” en Piedras Negras; o el de los tres asesinos que la semana pasada mataron a un jovencito de 16 años en Saltillo, supuestamente porque les debía 8 mil pesos; y el del energúmeno que golpeó a un adulto mayor en un fraccionamiento residencial, también en Saltillo, son tan sólo tres de los muchos ejemplos que hay en dónde las tres instancias han trabajado en coordinación y de forma inmediata.
Federico y su gente se encarga de las detenciones; Márquez de integrar adecuadamente el expediente; y Mery de que a los delincuentes se les aplique la sentencia que corresponde, para que dejen de ser un peligro para la sociedad. En términos futboleros, se podría afirmar que el equipo trae una buena defensa, un buen medio campo y un buen delantero, con lo que se logra que en Coahuila, el que la hace, la paga, a diferencia de otros lugares en dónde reina la impunidad y la política de “abrazos y no balazos”.
YA FALTA MENOS
Al día de hoy, han transcurrido 2 mil 038 días de este gobierno. Faltan 92 para que termine el sexenio de AMLO. ¡Ánimo, ya falta menos! Se va a su rancho, en efecto, pero tras de sí deja una herencia maldita, con la que tendrá que lidiar CLAUDIA SHEINBAUM y millones de mexicanos: 17 billones de deuda, la más alta en toda la historia del país; 485 mil millones de pesos en sobre costos de sus obras faraónicas, en las que tanto dinero ganaron los amigos de sus hijos, y seguramente sus hijos también; 56 millones de personas en pobreza, pese al enorme dispendio en los programas sociales; 30% de inflación acumulada, contra apenas un paupérrimo crecimiento de 0.8%; 200 mil homicidios dolosos; una refinería que no refina nada; un aeropuerto y una línea aérea en las que nadie quiere volar; una Comisión Federa de Electricidad en la que priva la corrupción y que no tiene capacidad de producir y mucho menos de distribuir la energía eléctrica que necesita el país; Petróleos Mexicanos en quiebra, y con una deuda imposible de pagar; un sistema de salud desmantelado, más parecido al de Haití que al de Dinamarca; y un sistema educativo cada día va de mal en peor, con la complacencia de tibios líderes sindicales como ALFONSO CEPEDA SALAS, que sólo se ocupan de sus intereses y de sus negocios, pero a los que poco o nada les importa la ignorancia en la que están sumiendo a nuestra niñez. Ese es el legado que dejará AMLO, a ver quién lo puede arreglar.
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