JULIO CAJITAS

 Con motivo de las preguntas que un regular número de  lectores de los periódicos locales me han formulado respecto a personajes populares laguneros, es la razón por la que en esta colaboración  vamos a tratar  de dar a conocer  a aquellos personajes que, en determinada época de la comarca  lagunera,  destacaron por la actividad que desarrollaron y que con el tiempo les valió que gran número  de ciudadanos  los conociera y supiera de sus respectivas actividades, sobre todo siendo artísticas, las cuales daban a conocer a la población  lagunera en general.

En primer lugar nos ocuparemos de dar a conocer  a un personaje  por demás conocido por  diversas generaciones de  laguneros de Coahuila y Durango, toda vez que el mismo inició sus  correrías primeramente  en la ciudad lagunera  de San Pedro de las Colonias, para después continuar las mismas en Gómez Palacio, Durango y concluir las en nuestra gran ciudad de Torreón, lugares en los que fue ampliamente conocido y aplaudido, sobe todo por los niños y adolescentes, quienes fueron los que más les dedicaban su atención, sin que esto quiera decir que la gente adulta  no lo hiciera, pues eran quienes económicamente  contribuían con nuestro personaje en cada actuación del mismo.

Nuestro personaje andaba siempre descalzo y mal  vestido, su  físico era objeto de burlas entre los que lo veían por razón de que sus dientes delanteros eran bastante largos, lo que le impedía el hablar claramente, y su oficio era el de cantar ante un público que se reunía en la vía pública. Durante sus actuaciones, cantaba acompañado siempre de una caja que llenaba de piedras y la cual empleaba como  instrumento  musical agitando la misma, por tal motivo se le impuso el nombre de Julio Cajitas, todo esto además por desconocer los apellidos de nuestro personaje.

Se tiene conocimiento por lo escrito por don Pablo Machuca Macías, que a nuestro personaje se le dio hospedaje en la ciudad de  Gómez Palacio, por parte de la señora María de la Cerda, quien le permitía dormir en el corral de su casa, abajo de un tejado, la cual se ubicaba en  la calle Madero número  615 a la vuelta  del cine Elba. Un hijo de tal  persona afirma que el escaso dinero que obtenía en sus actuaciones  callejeras, lo empleaba para adquirir un marro de mezcal o sotol, que los alimentos no le faltaban por regalárselos  la gente que lo oía cantar, así  como la ropa, pues le obsequiaban camisas y pantalones.

Jamás se supo cuando murió, en razón de que así como se afirma en las ciudades laguneras en que vivió que un buen día desapareció de la laguna, al igual que se apareció en las mismas, nadie supo nada de su desaparición y posible muerte.

Autor

El Heraldo de Saltillo
El Heraldo de Saltillo
El periódico con mayor tradición en Saltillo.