CUANDO UN AMIGO SE VA

Grandes filósofos y escritores han señalado la importancia que tiene la amistad, uno de ellos es Sócrates el filósofo griego, consideraba que el “amigo ha de ser como el dinero, que antes de necesitarle, se sabe el valor que tiene” se debe considerar el precio que tienen los amigos.  El representante de la escuela del estoicismo Séneca, señalaba que “una de las cualidades más bonitas de la amistad es comprender y ser comprendidos” entre los amigos existe la empatía. También habla del tema la escritora francesa Simone de Beauvoir, quien estaba convencida de que: “Entre los individuos, la amistad nunca viene dada, sino que debe conquistarse indefinidamente” la amistad para ser verdadera debe ser reciproca.

Un auténtico amigo nos da lo mejor de él, sabe quedarse callado y sólo escuchar con paciencia a que le manifestemos con toda su fuerza el sentimiento en ese momento que necesitamos de él, los amigos sienten nuestro estado de ánimo y nos conocen tan bien que saben cuándo y en qué momento es mejor guardar silencio o hablar con respeto. Te acompañan en la vida en las buenas y en las malas situaciones.

El canta autor argentino Alberto Cortez hace un homenaje a los amigos en su canción “Cuando un amigo se va”, sin embargo, él se refería a su padre que había sido su mejor amigo, pero aplica para los amigos verdaderos.  Todos tenemos una gran riqueza en nuestras vidas que son las amistades, esa relación que mantenemos con las personas, que es un trato afectivo entre dos personas, que se basa en la cordialidad, le comparto estimado lector algunas de sus estrofas: “Cuando un amigo se va queda un espacio vacío, que no lo puede llenar la llegada de otro amigo. Cuando un amigo se va, queda un tizón encendido que no se puede apagar ni con las aguas de un río. Cuando un amigo se va, una estrella se ha perdido, la que ilumina el lugar donde hay un niño dormido. Cuando un amigo se va se detienen los caminos y se empieza a rebelar, el duende manso del vino”. Lo representa con gran destreza, llega al corazón sus palabras.

Es doloroso enterarse de la muerte de un amigo, es verdaderamente difícil de afrontar porque nos invade un sentimiento de tristeza, de enojo, o cualquier otro, que provoca sentirnos agobiados por la pérdida de ese ser querido, sobre todo cuando en vida se compartieron momentos de alegría, grandes risas, pero también  tristezas, sufrimiento, desolación, porque un verdadero amigo te respeta, da confianza, ayuda, acompaña, está presente siempre, porque existe una gran simpatía, cariño y una apreciación mutua.

Para conservar la amistad es necesario cultivarla, porque un amigo verdadero te ofrece apoyo incondicional, nos permite ser auténticos y sentirnos aceptados, así tal y como somos con nuestros defectos y cualidades, se crea un ambiente de confianza, lealtad, sinceridad, hay un compromiso mutuo, está dispuesto a dar lo mejor, a la hora, en el lugar, en el tiempo que lo necesites, siempre está ahí para ti.

Por eso cuando se pierde un amigo, no importa la forma ya sea por un accidente, por una enfermedad, por la situación que sea, es un gran dolor que no se alivia fácilmente, el único consuelo que nos queda es que siempre estará presente en nuestros recuerdos. Si, el sentimiento que se manifiesta es fuerte e inerrable cuando un amigo se va. Por ello, hay que valorar, apreciar y cuidar a los amigos que están presentes, así, cuando tengan que transcender agradecerás a la vida haber compartido grandes momentos con ellos.

 

 

Autor

Susana Cepeda Islas
Susana Cepeda Islas
Cursó la Licenciatura en Ciencias Políticas y Administración Pública en la UNAM. Obtuvo el Grado de Maestra en Psicología Social de Grupos e Instituciones por la UAM-Xochimilco y el Doctorado en Planeación y Liderazgo Educativo en la Universidad Autónoma del Noreste. Cuenta con la Especialidad en Formación de Educadores de Adultos por la UPN; y con los siguientes diplomados: en Calidad Total en el Servicio Público, Análisis Politológico, y en Administración Municipal en la UNAM, entre otros.
Ha desempeñado diferentes cargos públicos a nivel Federal, Estatal y Municipal e impartido cursos de capacitación para funcionarios públicos, maestros, ejidatarios en el área de Administración Pública y Educación. Catedrática en la UNAM, UA de C, UVM, La Salle y en la UAAAN. Asesora y sinodal en exámenes profesionales en el nivel licenciatura, maestría y doctorado. Ha publicado varios artículos en el área de administración pública y educación en diferentes revistas especializadas, ha asistido a diferentes Congresos a nivel nacional e internacional como ponente en el área de Administración Pública y Educación, coautora en dos libros. Autora del libro Islas de Tierra firme.
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Susana Cepeda Islas
Cursó la Licenciatura en Ciencias Políticas y Administración Pública en la UNAM. Obtuvo el Grado de Maestra en Psicología Social de Grupos e Instituciones por la UAM-Xochimilco y el Doctorado en Planeación y Liderazgo Educativo en la Universidad Autónoma del Noreste. Cuenta con la Especialidad en Formación de Educadores de Adultos por la UPN; y con los siguientes diplomados: en Calidad Total en el Servicio Público, Análisis Politológico, y en Administración Municipal en la UNAM, entre otros. Ha desempeñado diferentes cargos públicos a nivel Federal, Estatal y Municipal e impartido cursos de capacitación para funcionarios públicos, maestros, ejidatarios en el área de Administración Pública y Educación. Catedrática en la UNAM, UA de C, UVM, La Salle y en la UAAAN. Asesora y sinodal en exámenes profesionales en el nivel licenciatura, maestría y doctorado. Ha publicado varios artículos en el área de administración pública y educación en diferentes revistas especializadas, ha asistido a diferentes Congresos a nivel nacional e internacional como ponente en el área de Administración Pública y Educación, coautora en dos libros. Autora del libro Islas de Tierra firme.