La gran sorpresa de la temporada: nominada a los Globo de Oro en varias categorías, incluyendo la de mejor película musical o comedia, este caótico, fascinante e inclasificable filme se transforma en el mejor ejemplo de que, pese a lo que pensamos, todavía puede haber creatividad en la pantalla grande y que las grandes películas no necesariamente han de ser dramas. Acá les recordamos por qué debemos rescatar con urgencia este loco, loco puñetazo visual que puede convertirse en la vedette de la próxima entrega en enero de los premios de la prensa especializada.
La falta de creatividad, el poco riesgo en los guiones, las películas con argumentos conocidos y previsibles y las insoportables secuelas, remakes o precuelas, hace rato que empobrecen nuestra visión del estado actual del cine, independiente de que se trate del mal llamado cine arte o de aquel producido como hamburguesas por la industria del entretenimiento y el merchandising.
De este modo, por desgracia, nos hemos habituado a más de lo mismo, a las películas casi calcadas de recetas, a la típica película de superhéroe de moda que se realiza siguiendo un cálculo comercial antes que una decisión de creación, riesgo o atrevimiento.
Por todo lo expresado, una película como Todo a la vez en todas partes no solo es un regalo visual y creativo, es una de las obras fílmicas más estimulantes de las que se han mostrado en 2022, disponible en la plataforma de Netflix, ya comentada por nuestro medio, que podría (ojalá) dar la gran sorpresa el jueves 10 de enero en la entrega de los premios Globo de Oro que otorgan los periodistas especializados acreditados.
Esta película es, por decirlo de algún modo, un diamante en bruto, extraña, sofocante, exagerada, a un paso del ridículo y de repente tan necesaria como excepcional, con actuaciones que son un lujo (ahí está la gran Jamie Lee Curtis en un papelazo). Eso y más es ‘Todo a la vez en todas partes’, prueba fehaciente de solo el talento, la creatividad y mucho riesgo son los elementos que pueden rescatar el cine de lo adocenado y repetitivo.
PAGANDO IMPUESTOS
Curiosamente la premisa del filme es de lo más sencillo: una mujer necesita con urgencia pagar sus impuestos. Lo terrible (casi surreal) es que cuando lo intenta se encuentra con mil y un problemas, que le impiden llegar al necesario acuerdo para poder subsistir con su modesto negocio de comida oriental.
Daniel Kwan y Daniel Scheinert, sus directores, parten con ese pretexto para desatar las aventuras más increíbles que de seguro Quentin Tarantino debería disfrutar, sobre todo por las referencias culturales y del mundo pop que supone el insólito periplo de la mujer en un mundo de timbres, impuestos, formularios y negativos de funcionarios siniestros y que viven en universos paralelos.
Durante más de dos horas asistimos a un festín inclasificable en géneros: ¿aventura, ciencia ficción, drama familiar, cine de artes marciales? Todo ello y más. Un filme que se toma para la risa lo grave y se pone serio con las locuras, subvirtiendo un universo donde se desdibuja la línea de lo normal, lo correcto, lo real.
Es verdad que, a ratos la película cansa, en el sentido de que cuesta asimilar tantos estímulos desperdigados por doquier, pero en su estructura rezuma inventiva, creatividad, genialidad y eso es de verdad un acicate para seguir adelante en su visión.
‘Todo a la vez en todas partes’ es deslumbrante en su concepto, técnica y ejecución. Juega con objetos, coreografías con estilo añejo, un montaje impresionante que logra -sí, lo logra- cohesionar todos los elementos que parecen ser un caos.
Es cierto que su forma, la estructura y estética de rareza a ratos hace olvidar un detalle de primer orden: el filme tiene actuaciones de lujo, personajes bien delineados, partiendo por la Evelyn de Michelle Yeoh hasta la ya mencionada Jamie Lee Curtis que se merece aplausos de pie por su exquisita interpretación, alejada por completo de su estilo habitual para las películas de terror.
Es probable que algunos espectadores, los que están criados o domesticados por la industria, terminen agotados con tanto exceso, pensando que a los directores se les fue la mano. Puede ser válida la objeción. Pero el solo atrevimiento de existir como pieza fílmica, en un momento poco arriesgado de la industria, resulta una estimulante invitación para seguir creyendo en la capacidad infinita del cine para entretenernos, maravillarnos, seducirnos.
Si no la vio cuando la recomendamos, búsquela y devórela, literalmente. Se trata de una de las mejores películas de 2022 y, por lejos, de las más locas, arriesgadas y originales de los últimos tiempos que a ratos hasta nos recuerda esa pieza maestra de la distopía que fue Brazil, de Terry Gilliam. La sola comparación la enaltece aún más.
FICHA TÉCNICA:
Todo a la vez en todas partes (Everything Everywhere All at Once). 2022. Estados Unidos. Dirección: Daniel Kwan, Daniel Scheinert. Duración: 139 min. Guion: Daniel Kwan, Daniel Scheinert. Música: Son Lux. Fotografía: Larkin Seiple. Reparto: Michelle Yeoh, Jamie Lee Curtis, Jonathan Ke Quan, James Hong, Anthony Molinari, Audrey Wasilewski, Stephanie Hsu, Peter Banifaz Brian Le, Andy Le, Tallie Medel, Jenny Slate, Harry Shum Jr., Biff Wiff, Aaron Lazar, Sunita Mani, Narayana Cabral, Chelsey Goldsmith, Craig Henningsen. Disponible en Netflix.
Autor
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Periodista, Escritor
Doctor en Proyectos, línea de investigación en Comunicación
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