CALAVERITAS 2022

 

LÓPEZ OBRADOR

Hemos visto con asombro

y con ira contenida,

que los que hoy ocupan puestos

donde lucrar sin medida,

son los que entregaron sobres

con el cash bien escondido.

Y el que decía no había sido

ni malandrín ni corrupto,

y jamás había tocado

el dinero mal habido

porque vivía protegido

por su pueblo tan querido,

en todito eso mintió;

porque nadie lo acusó,

de vivir desprotegido

sino de robar millones

y hacerse el desentendido.

¿Y de dónde inventaría

ese tipejo indecente

que puede hacer testamento

y heredar lo que no es suyo?

No por vivir en palacio

que mucho a todos nos cuesta,

puede sentirse monarca

y disponer del asiento

que tranzó con otro abyecto

que se largó para España.

Pero por fin le llegó,

el final que nadie quiere

y antes de irse a la Chingada,

prefirió brincar a un hoyo

donde rechina los dientes,

por el temor a que sigan

las guacamayas hablando

de cómo los militares,

han violado gente y leyes;

y de que esos generales

a los que consiente tanto

por lo que tanto le saben,

se decidan a entregarlo.

 

CLAUDIA SCHEINBAUM

Sigue pelando los dientes

pero desde otro lugar.

La muerte ya la mató,

por flaca y sobregirada

y hoy reposa contrariada,

en tumba muy cochambrosa;

 

MARCELO EBRARD

De un entripado murió

con la carita pintada

de ridícula catrina,

Marcelito el tramposito.

Pese a disfraces y poses,

se fue todo embardunado

de jitomates podridos,

que la gente le aventó

por barbero y por corrupto;

porque dinero robado,

al candidato entregó;

porque a los gringos barbeó

y a Putin agasajó.

 

ENCINAS

Ese pobre hombre no supo,

ni cómo fue su morir.

Por tratar de descubrir

lo que algunos ocultaban,

pero todos ya sabían,

inventó chats y mentiras

que lo llevaron de panza

al panteón de Ayotzinapa.

 

LEGISLADORAS

Son tan tontas

y vulgares,

tan léperas

e ignorantes,

tan corrientes

y chocantes,

que a los de insultos soeces

no se les dice ya más,

habla de carretoneros

sino de… legisladoras.

 

OPOSICIÓN

Ya se ha muerto tantas veces

y de tantos malestares,

que el sepulcro tiene

listo con diferentes cajones.

Está el azul del borracho

que no se queda callado;

el deslucido amarillo,

de esos chuchos tan vendidos

y el verde con blanco y rojo

que apenas ya se distinguen

por la venta que hizo Alito

para cumplirle a su am(L)o.

 

NOSOTROS

Y lo más grave de todo

es que estamos como muertos

y que vemos ya normal,

grabaciones y mentadas

mentiras y detenciones

cochupos y cachetadas;

que pretenden nada más,

distraer nuestras conciencias

para ocultar nuestro mal,

y que cuenta no nos demos

de nuestra inseguridad

y que los narcos dominan

el Estado y la ciudad.

 

Autor

Teresa Gurza
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