Theodore Sperry Abbott
En esta ocasión te platico de un Saltillense por adopción, de quien su obra arquitectónica es hoy en día algo emblemático de nuestra hermosa ciudad de Saltillo, me refiero al Ing. Theodore Sperry Abbott.
Y es que sin duda alguna cuando escuchamos Abbott, de inmediato nuestra mente y recuerdo vuela a la muy pequeña pero emblemática calle de Abbott del centro histórico de Saltillo. Una calle en la cual se han ubicado negocios o establecimientos tan significativos como los transportes Saltillo-Monterrey, así como aquellos tacos tan deliciosos pero temerarios a la vez, que bien su historia merece una Cápsula Sarapera, y me refiero a los “Mano Negra”, o bien el Banco Mercantil de Monterrey, cuyo cajero era “El Zorro Plateado”, quien por supuesto atendía sin mascara. Una pequeña calle donde había grandes negocios como Casa Cabello, y por supuesto, al topar con Allende, la Camisería “D´Varón”. La calle de Abbott, donde el andar, el ajetreo del día a día, no se podría explicar sin el trabajo de los aseadores de calzado.
Pero en realidad esta historia que les platico no es sobre la calle, sino de aquel que lleva su nombre, y no es para menos, pues a pesar de que su lugar y fecha de nacimiento son inciertos, pues hay quien afirma que Theodore Sperry Abbott nació en Inglaterra en el año de 1865 y otros argumentan y aseguran que nació 10 años antes en el estado de Illinois, en los Estado Unidos, lo cierto es que nadie podrá negar que se enamoró de nuestra hermosa ciudad, de lo cual no lo culpo, pues terminó siendo un Saltillense por adopción y de corazón.
Pero déjeme decirle estimada y estimado Saltillense que para el año de 1877, Abbott ya se había graduado de ingeniero en la Universidad de Illinois, y cuatro años después ya trabajaba en el Ferrocarril Nacional en la ciudad de México, empresa que por cierto era de capital norteamericano. Dos años después llegó, sin saber que su destino y su vida cambiarían, a la ciudad de Saltillo, en donde se desempeñó como jefe de ingenieros de los ferrocarriles.
Ya establecido en Saltillo, se casó con la Srita. Aurelia Lillie Nalle, con quien tuvo y educó a dos hijos: Alfred y Theresa, por supuesto ellos Saltillenses por nacimiento. Cuando la vida de Abbott iba en ascenso, cuando pareciera que las cosas no podrían ir mal, sucedió una desgracia: la muerte de su amada esposa en el año de 1902. Sin embargo, el amor volvió a tocar su puerta a la edad de 50 años, al casarse con Anna Grace. Dicho enlace matrimonial, según lo que pude investigar, fue en el estado de Kansas de los Estados Unidos, en la pequeñísima ciudad de Sedgwick, hoy habitada por casi 1 mil 600 personas.
El trabajo y amor del Ing. Abbott puede verse reflejado en obras tan importantes de aquellos años como lo fue el trazo del ferrocarril Coahuila-Zacatecas y el de Saltillo a Parras, pero además, durante la administración del gobernador Miguel Cárdenas, el Saltillense por adopción elaboró la Carta Geográfica de Coahuila, fue quien trazó el famoso “Camino del 4”. Además, elaboró el primer plano “moderno” de desarrollo urbano de nuestra ciudad, en el cual se establecían redes de agua, drenaje, electrificación y más.
El Ingeniero Theodore Sperry Abbott falleció en la ciudad de San Antonio, Texas en 1934, su viuda decidió trasladar su cuerpo a Saltillo, para enterrarlo en el Panteón de Santiago.
Esta es la historia de un Saltillense por adopción como muchos que tenemos, la historia de un Saltillense que con trabajo y obras demostró el amor por nuestra ciudad, un Saltillense que pudo haber nacido en Inglaterra o Estados Unidos, pero lo que se puede afirmar es su amor por Saltillo, un Saltillense cuyo nombre engalana una calle, un Saltillense como muchos que tenemos y que vale la pena presumir.
Autor
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Es Saltillense*, papá de tres princesas mágicas, Rebeca, Malake y Mariajose. Egresado de nuestra máxima casa de estudios, la Universidad Autónoma de Coahuila, en donde es catedrático, es Master en Gestión de la Comunicación Política y Electoral por la Universidad Autónoma de Barcelona, el Claustro Doctoral Iberoamericano le otorgó el Doctorado Honoris Causa. Es también maestro en Administración con Especialidad en Finanzas por el Tec Milenio y actualmente cursa el Master en FinTech en la OBS y la Universidad de Barcelona.
Desde el 2012, a difundido la historia, acontecimientos, anécdotas, lugares y personajes de la hermosa ciudad de Saltillo, por medio de las Cápsulas Saraperas.
*El autor afirma que Saltillense es el único gentilicio que debe de escribirse con mayúscula.
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