Defendiendo lo indefendible
El año pasado tuve la oportunidad de visitar el estado de Campeche, no estuve en la capital, pero sí en Ciudad del Carmen y algunos otros puntos de ese bello estado del sureste mexicano. Los campechanos, en su mayoría, no tienen una opinión favorable para quien fue su gobernador, Alejandro Moreno ‘Alito’ –o ‘Amlito como suelen decirle sus detractores’- y quien decidió dejar tirado su estado para ir en pos de la dirigencia nacional de su partido donde se ha convertido en el peor presidente del PRI en su historia, de acuerdo con los resultados que le ha ofrecido electoralmente hablando.
Como gobernador de su estado, Moreno ha sido de lo peor que les ha podido suceder a los campechanos, y como líder nacional del PRI, el peor. En su momento, más tarde o más temprano, sobre todo en el primero de los casos tendrá que rendir cuentas sobre su mala administración, principal causa que le allanó el camino a la morenista Layda Sansores.
En política, ya sabemos que todo es utilizado como moneda de cambio, y cualquier cosa entra en trueques entre todos los partidos, que con todo lo que quieran decir, son iguales, todos, cortaditos por la misma tijera, e indistintamente de colores o ideologías. Los políticos todos se tapan con la misma cobija: en ocasiones uno la jala para taparse la cabeza y al otro le deja al descubierto los pies, y cuando éste siente frio le da un jalón y le descubre la espalda a otro; y así sucesivamente, pero para todos es la misma cobija y todos se tapan y cubren con la misma, por turnos.
Moreno, ha venido esgrimiendo como argumento para evadir su responsabilidad por el cochinero que dejó en Campeche, que hay una campaña en su contra porque votó en contra la Reforma Energética del Presidente. Puede decir lo que quiera, pero debe explicaciones de lo que se hizo o dejó de hacer durante su gobierno, porque en el pecado llevó penitencia: facilitó la llegada de Sansores, y ahora ésta es la que lo trae ‘de bajadita’.
Pero una vez más para evadir su responsabilidad ante sus actos y sus dichos, Moreno se escuda en que la filtración de los audios difundidos por Sansores fueron grabados de manera ilegal, y hasta en su bancada tratan de defender lo indefendible, y le sugieren que actúe de manera legal por el espionaje telefónico del que habría sido objeto.
En ese terreno puede actuar como piense y quiera, pero no se hace cargo de sus dichos, primero respecto de una donación millonaria de la empresa Cinépolis para las campañas priistas que además según dice, se le hacía muy poco; la empresa tuvo que salir a desmentir porque Moreno no se hizo cargo de sus dichos. En el más reciente de los audios filtrados, el ex mandatario campechano dice que ‘A los periodistas no hay que matarlos a balazos, sino matarlos de hambre’.
Por ese tipo de actitudes, discursos y palabras es que su partido es hoy un partido marginal y con un gran riesgo de seguir decreciendo. Por personajes de esa calaña fue que la gente les perdió la confianza a los políticos, dejó de creer en la política, y se decantó por quien les vino a vender ‘esperanza’, aunque el caldo haya salido más caro que las albóndigas.
Y con esa ‘categoría’ resulta que Alejandro Moreno sueña con ser candidato de su partido primero, y presidente de México después, pero para como lleva las riendas del PRI, Moreno corre el riesgo de que llegado el momento ya no tenga partido que lo postule, porque está acabando con él. Lo que tendría que hacer es dejar la presidencia del PRI y dar la cara por el tiradero que, como gobernador, dejó en su natal Campeche.
Y, sus compañeros de bancada que le dicen que no está solo, que miles de priistas lo respaldan están en su derecho y si quieren pueden hacerlo, pero seguramente que en esa intentona no tendrán respaldo de ciudadanos no militantes de su partido a quienes se supone que el PRI está tratando de reconquistar ¿Con este tipo de personajes, con esas actitudes soberbias es que piensan reconquistar la confianza de la gente?
Por supuesto que los dardos que le vienen siendo lanzados desde su estado natal, fueron programados para estas fechas, porque prácticamente estamos en la víspera de las elecciones en seis estados, entre ellos Durango, y Alejandro Moreno se puede convertir en un lastre para los candidatos que aspiran y tienen posibilidades de impedir el crecimiento de Morena en las gubernaturas.
Se está convirtiendo en un indefendible.
@JulianParraIba
Autor
- Es director del diario digital La Otra Plana y la revista impresa Metrópolis. En cuatro décadas de ejercicio periodístico ha trabajado en diarios como El Norte de Monterrey, La Opinión-Milenio en Torreón, Esto en la Ciudad de México y a.m. en León, Guanajuato entre otros; ha sido conductor en programas de radio y televisión. Es columnista en varios medios impresos y digitales de Coahuila y Durango.
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