La resurrección política de Donald Trump
Decía Winston Churchill que “la política es casi tan emocionante como la guerra y no menos peligrosa, porque en la guerra te pueden matar una sola vez, pero en la política, muchas veces.” Esa premisa implica que también hay momentos de resurrección, como el que estamos presenciando con Donald Trump.
El presidente que fue derrotado dos veces en el voto popular y que no consiguió su reelección, a pesar de todos los intentos legales e ilegales por mantenerse en la Casa Blanca, hoy toma un segundo aire en miras al 2024.
Dos eventos recientes le han dado la corriente suficiente para echar a andar la batería de la campaña presidencial. Primero, la invasión de Rusia a Ucrania, bajo el argumento de que, si él aun fuera presidente, Putin no se hubiera atrevido a hacer tal hazaña.
Y la segunda son las declaraciones que hizo sobre las amenazas arancelarías al gobierno mexicano con las que consiguió 28,000 efectivos militares para detener la migración hacia Estados Unidos. Usó expresiones como “nunca vi a nadie doblarse tan rápido”. Es poco probable que sepamos si es verdad o no lo que relata Trump, lo que sí es claro es que sí consiguió que la Guardia Nacional mexicana fungiera como Border Patrol y que México cedió ante la presión.
Según López Obrador, Trump hizo esas declaraciones porque anda en campaña. Y tiene razón porque el discurso anti-México tiene arraigo en la base que está tratando de reagrupar. Así como cuando AMLO era candidato y prometió poner a Trump en su lugar, cosa que no ha hecho muy bien que digamos. No hay duda que se hace campaña en verso, pero se gobierna en prosa.
La elección presidencial en Estados Unidos aun está lejos, pero hoy el viento está a favor de Trump, ante un Biden incapaz de comunicar una postura firme en el plano internacional y la inflación que va en aumento. Esto será capitalizado por Trump desde la plataforma de la oposición, la cual es más más cómoda para hacer campaña, y así reafirmar su narrativa antisistema que lo llevó a la presidencia en el 2016.
Al momento solo existen dos nubarrones que pueden aguarle la fiesta al expresidente: que se comprueben las acusaciones de delitos fiscales y que sea procesado por su participación en los incidentes del 6 de enero del 2021 en el Capitolio, cuando intentó invalidar el resultado de la elección que lo puso fuera de la Casa Blanca.
Nada está definido, salvo que Donald Trump resurge de las cenizas para volver a ser el Donald Trump que ya conocemos, y que viene con todo a recuperar la silla.
Israel Navarro es Estratega Político del Instituto de Artes y Oficios en Comunicación Estratégica.
Twitter @navarroisrael
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