Las aves son solidarias en la asistencia de las crías

En la investigación, en la que participó Alejandro González Voyer, se revisaron también las diferencias sexuales en el cortejo, la competencia y los lazos sociales de pareja

Ciudad de México.- La división de actividades entre las aves es relativamente equitativa para el cuidado de las crías; además, algunas especies pueden recibir ayuda para la procuración de los polluelos, revela un estudio internacional en el que participa el investigador del Instituto de Ecología, Alejandro González Voyer.

Mediante el trabajo, en el que también colaboraron expertos de la UNAM y de las universidades de Bath, Pannonia, Sheffield, Groningen y Bielefeld, se revisaron únicamente registros y reportes publicados sobre mil 800 especies de aves; es decir, no se contó con observaciones in situ.

El especialista del Laboratorio de Conducta Animal precisó que, para el estudio, que inició en 2015, recibieron apoyo del Newton Advanced Fellowships de la Unión Europea, que les permitió analizar las diferencias sexuales en el cortejo, la competencia y los lazos sociales de pareja, así como el cuidado de los padres.

“En las aves lo que predomina es una división relativamente equitativa en el cuidado de las crías, donde tanto el macho como la hembra invierten tiempo y energía en el cuidado de los polluelos. Es interesante que también hay una gran diversidad en los tipos de cuidado parental, van desde especies que se parecen a los mamíferos con un encuentro entre macho y hembra, copulan, el macho desaparece y la hembra se ocupa completamente de las crías y provee todo el cuidado parental”, detalló el científico.

Pero también está el otro extremo, precisó González Voyer, donde las hembras compiten entre sí por el acceso a los machos y estos proveen el cuidado parental. También hay sistemas de cuidado complejos donde ambos reciben ayuda de individuos emparentados o crías de eventos reproductivos previos, inclusive que no están relacionados para el cuidado del nido.

La   investigación   mostró también amplia variación y labilidad en los roles sexuales, lo que   indica   una   evolución   notablemente   independiente   entre   las especies y estos, acotó.

El doctor en Ciencias destacó que no se debe pensar que los rasgos físicos están directamente correlacionados con los cuidados parentales que ofrecen; esto es, que, si los machos son los que compiten intensamente por acceso a las hembras, deben ser más grandes o vistosos; o que en un sistema de apareamiento con varias parejas sean las hembras las que cuidan exclusivamente de las crías.

“Lo que vimos en los análisis es que hay muchísima variación y el grado de correlación, es decir, qué tanto van juntos estos rasgos, es mucho más bajo de lo pensado”, expuso con respecto a la investigación presentada recientemente en la revista Ecology Letters.

Como ejemplo, González Voyer detalló que en ciertos casos las fragatas que anidan en las islas de las costas de México tienen una inversión tan alta de energía para el cuidado de las crías y tan prolongado, que para retomar fuerzas no se reproducen en la siguiente temporada.

El investigador agregó que la destrucción del hábitat y el cambio climático son los dos problemas que afectan a las aves y sus hábitos, porque eliminan sitios de anidación, además de potenciales presas y alimentos.

La pérdida de ciertas especies puede tener impacto considerable sobre la vegetación en general, pues uno de los papeles que juegan es ser polinizadores y dispersores de semillas, por lo cual su ausencia puede poner, inclusive, en peligro la existencia de las plantas, alertó. (UNAM)

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El Heraldo de Saltillo
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