Londres, Reino Unido.- Nueva polémica en Reino Unido. El primer ministro británico, Boris Johnson, y su mujer, Carrie Johnson, participaron en una fiesta con bebidas alcohólicas en la sede de la jefatura de Gobierno, Downing Street, el 20 de mayo de 2020, en pleno confinamiento por la Covid, según han informado los medios británicos.
El Español publicó que más de un centenar de empleados de la oficina del primer ministro fueron invitados a esa fiesta en la que cada participante debía «traer su propia botella», como especificó en un correo electrónico el secretario privado de Johnson, Martin Reynolds.
En aquel momento solo estaban permitidos los encuentros entre dos personas de distintos núcleos familiares en exterior y guardando una distancia nunca inferior a dos metros.
El canal de televisión ITV ha confirmado esta información adelantada el domingo por el periódico The Sunday Times de que Johnson y su pareja participaron en la celebración. Hasta el momento, la oficina del primer ministro no ha negado que éste estuviera presente.
«Bebidas con distancia»
El mensaje enviado por Reynolds a los empleados de Downing Street los instaba a «aprovechar el buen tiempo» mientras se tomaban «unas bebidas con distancia social».
Ese email, obtenido en exclusiva por la televisión, animaba a todos los destinatarios a «unirse a partir de las 18:00 y traer su propia bebida alcohólica». Unas 40 personas participaron en la reunión, en la que se comieron aperitivos de picnic y se consumió alcohol, de acuerdo con ITV News.
En aquel momento, las reglas del confinamiento permitían únicamente reunirse al aire libre con una sola persona no conviviente y respetando una distancia de dos metros.
El festejo, cuya existencia ya fue sugerida el viernes en su blog personal por el antiguo superasesor de Johnson Dominic Cummings, se suma a las recientes informaciones acerca de celebraciones de carácter lúdico en Downing Street durante los meses de confinamiento y restricciones en 2020.
Más fiestas en pleno Covid
El pasado 20 de diciembre el diario The Guardian difundió una foto del primer ministro y su mujer departiendo amigablemente y con copas de vino en los jardines de su residencia con colaboradores.
Todavía más ira despertaron las imágenes del equipo de prensa de Johnson bromeando sobre cómo ocultar al público una supuesta fiesta navideña que había tenido lugar en la sede del gobierno el 19 de diciembre de 2020.
Se prevé que la investigación interna que está dirigiendo una alta funcionaria británica, Sue Gray, sobre la celebración de presuntas fiestas en Downing Street examine las nuevas pruebas que apuntan a la reunión social a la que invitó el propio secretario de Johnson.
La número dos de la oposición laborista, Angela Rayner, subrayó en declaraciones a ITV que es «vital» que Gray tenga acceso a toda la información necesaria para llevar a cabo su investigación, incluso si ello supone entrevistar al propio primer ministro.
«Es terrible. Mucha gente, al ver ahora las pruebas, no solo pensará que a Boris Johnson le están atrapando sus propias mentiras, sino que verán que es despreciable que cuando les estaban diciendo que siguiesen la reglas, Johnson y su equipo las estaban violando», dijo Rayner. (EL ESPAÑOL)
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