MOVILIDAD, EL GRAN RETO

Conforme la población va dejando atrás el confinamiento y retomando sus actividades cotidianas, y de manera más notoria con la reanudación de las clases presenciales, resurge un añejo problema que aqueja Saltillo, el de la saturación vial.

En ciertos horarios y en determinadas arterias los atascos o embotellamientos son cosa de todos los días, e incluso en las vías rápidas donde la capacidad de los famosos puentes ya quedó rebasada, y sus carriles de acceso o salida quedan saturados generando caos.

Un estudio del Instituto Mexicano de la Competitividad mide el costo de la congestión en las 32 ciudades mexicanas de mayor dinamismo, Saltillo entre ellas, y estima que el costo anual es de 94 mil millones de pesos al año.

El monto, por cuantioso y hasta estratosférico, puede parecernos ajeno, intangible, pero los especialistas han trasladado al costo de horas por persona, y resulta que en esas ciudades cada uno de los habitantes destinamos, por los problemas de movilidad, 100 horas adicionales en traslados al año. Sí, cuatro de los días del año los consumimos en tiempos adicionales de traslado.

El IMCO señala que las ciudades no tienen realmente una medición de los efectos de la congestión vehicular en los ciudadanos, y por ello no hay políticas públicas ni inversión significativa para garantizar mejores servicios de transporte público.

El estudio «El costo de la congestión: vida y recursos perdidos» fue elaborado por el IMCO y SinTráfico, una plataforma que analiza patrones de movilidad con una red de sensores, y en sus conclusiones plantea que, por los problemas de movilidad, los usuarios de transporte público pierden 69 mil millones de pesos en oportunidades de ingreso, mientras que los que utilizan automóvil pierden 25 mil millones.

El 39% de los mexicanos en las 32 ciudades estudiadas usa transporte público.

A Saltillo se le ubica entre las 10 ciudades donde más cuesta la congestión vial situándonos en la octava posición con un costo de mil 475 millones de pesos al año, con un costo per cápita de 3 mil 346 pesos.

Según el estudio, en Saltillo cada persona pierde 78.5 horas cada año a causa de los congestionamientos, lo que equivaldría en tiempo a ver 52 películas; leer 20 libros; o correr 79 carreras de 10 kilómetros.

La conclusión del estudio es que las ciudades deben priorizar a las personas y no a los autos, y por ello los tres órdenes de gobierno tendrían que invertir de manera constante en transporte público, seguro, eficiente y limpio.

Señala el IMCO que, en casi todas las ciudades del país, se invierte una proporción mayor en soluciones para los automovilistas que en mejorar el transporte público.

Las soluciones de largo plazo van encaminadas no únicamente a la mejoría del servicio de transporte, sino también a eficientar el uso del espacio público; desincentivar el uso de automóviles; fomentar el crecimiento urbano compacto; y, promover la construcción de vivienda social en zonas centrales.

Ahora que el alcalde electo está en el diseño de lo que será el Plan Municipal de Desarrollo para los próximos tres años, y aunque se sabe que ya ha tenido reuniones con especialistas en movilidad urbana, es conveniente seguir insistiendo en que asuma este como uno de los mayores retos.

Y en el entendido que ni ahora ni en el futuro inmediato hay recursos disponibles para grandes obras viales, además de que en muchos sectores no hay ya ni siquiera espacio para construirlas, la opción es encontrar alternativas innovadoras de transporte público para que el servicio sea atractivo y útil a un mayor número de ciudadanos.

Históricamente no se ha podido avanzar en el tema por la maraña de intereses políticos y económicos en torno a este servicio concesionado, pero ya no hay espacio para seguirlo posponiendo, el próximo alcalde debe de entrarle con decisión.

edelapena@infonor.com.mx

 

 

 

Autor

Eduardo De la Peña de León