Esta investigación analiza los ecosistemas de diversas profundidades en la zona conocida como El Cinturón Plegado Perdido; es la primera de su tipo.
Mérida, Yucatán.- Un informe hecho por la Universidad del Sur de la Florida en 2018 expuso que los principales afectados de los derrames de petróleo son la flora y fauna del lugar, pues encontró que 15 mil peces de las aguas del Golfo de México tenían residuos de hidrocarburos. Además, los efectos del crudo en los organismos son muy amplios y pueden derivan en la muerte de millones de especies.
Con el fin de conocer el impacto de estos efectos, es importante estudiar esta cuenca oceánica que por sus condiciones geológicas y ambientales proporciona una amplia variedad de hábitats, en especial la zona conocida como el Cinturón Plegado Perdido (CPP), una tira escalonada con un área aproximada de 27 mil 230 kilómetros cuadrados y que, por su ubicación en aguas profundas, tiene potencial para ser un centro de extracción de petróleo.
Un grupo de investigación, en el que participa Rosalía Aguilar Medrano, investigadora posdoctoral del Departamento de Recursos del Mar del Cinvestav Unidad Mérida, trabaja en un proyecto para conocer más sobre la diversidad de peces en el CPP, principalmente en torno a los efectos de la profundidad en el arreglo y distribución funcional de poblaciones de peces.
Esta zona marítima contiene una gran cantidad de reservas de petróleo que podrán ser incorporadas al inventario nacional. La principal dificultad que se presenta para explorar detalladamente la región es su profundidad, ya que se deben superar los dos mil 600 a tres mil 500 metros para alcanzar el suelo marino y comenzar a perforar las crestas de los anticlinales (pliegues de la corteza terrestre).
“Nuestro estudio proporciona la primera descripción de la diversidad de especies y funciones de la comunidad de peces del CPP y ayuda a comprender los factores que limitan la distribución y diversidad de peces en el gradiente de profundidad”, señaló Aguilar Medrano.
La investigación se centró en los cambios dimensionados de la profundidad, encontrando que una de las variables ambientales involucradas en la restricción de la distribución funcional de peces es la temperatura, la cual disminuye a mayor profundidad.
Con el objetivo de determinar la disposición funcional y describir el efecto de las variables ambientales sobre la riqueza y diversidad de la comunidad de peces, se analizó si las dietas, tallas y formas del cuerpo de los peces cambiaban a medida en que se realizaba el muestreo estructurado en un rango de profundidad de 40 a tres mil 500 metros.
Los cambios en las variables fisicoquímicas (profundidad, temperatura y salinidad) permitieron segregar tres zonas estratificadas verticalmente: somera (hasta los 150 metros), pendiente (mil 600 metros) y profunda (tres mil 500 metros).
También, se observó que existe variación entre el número de especies, dieta, forma del cuerpo y talla. Los peces de mayor tamaño (un metro) se encontraron principalmente en la zona somera, a comparación con la zona profunda donde se encontraron peces de tallas pequeñas (cinco a 10 centímetros).
Este estudio se basa en el análisis de grupos funcionales, que son colecciones de especies que realizan una función ecológica similar, independientemente de sus afinidades taxonómicas. De esta manera se proporciona una mejor comprensión de la relación entre las comunidades, el funcionamiento de los ecosistemas y su estabilidad.
“En nuestro análisis funcional de la comunidad de peces del CPP se registró un total de 232 especies, de estas, 195 se agruparon en 42 grupos funcionales y 37 que no se agruparon, se definieron como especies funcionalmente independientes», explicó Aguilar Medrano.
A partir de los resultados, recientemente se publicó en la revista Reviews in Fish Biology and Fisheries, un artículo que servirá como línea base para el análisis de la ictiofauna del Golfo de México, indispensable para comparar la diversidad y función del ecosistema previo, durante y posterior a la extracción de petróleo.
Esta investigación formó parte del Consorcio de Investigación del Golfo de México, una asociación de investigación científica y de servicios de consultoría que se especializa en proyectos multidisciplinarios relacionados a posibles impactos ambientales de la industria del gas y petróleo, en los ecosistemas marinos del Golfo de México. (CINVESTAV)
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