Cada quién habla…
Siempre me gustó la escuela, o sea, estudiar. Para los que me conocen no es ningún secreto que me la pasaba leyendo en el salón, era la maestra de ceremonias en el saludo, la que declamaba poesía y cosas por el estilo. Por el contrario, algunos de mis primos no eran precisamente aplicados y yo de verdad no entendía por qué no les gustaba la escuela. Incluso le decía a mi abuela ¿Por qué no les gusta, si está bien padre? Entonces mi abuela levantaba la vista de su tejido, me miraba y me regalaba una sonrisa mientras comentaba, “cada quién habla de cómo le fue en la feria”.
“Mujer, literatura y sociedad” fue el eje central de la edición 23 de la Feria Internacional del Libro Coahuila. Precisamente tuve la maravillosa fortuna de coincidir con mujeres talentosas, trabajadoras, fuertes, capaces, empoderadas como mencionaba la Maestra Katy Salinas en su conferencia y quién, dicho sea de paso, es un muy buen ejemplo de las mujeres que les describo.
Considero importante hablar de estas mujeres, tomarlas como referentes, conocer de ellas y conocer sus nombres, mujeres que inspiran a otras mujeres, que nos hagan pensar que sí podemos llegar a realizar todo aquello que nos propongamos. Ejemplos muy claros de como la Historia con “H” mayúscula, se construye día a día de muchas otras historias.
Mujeres apasionadas, como Daniela Chávez, Directora de Producción y Titiritera en el proyecto de las familias de la Isla Flaminga, quien nos señala la importancia de que, al transmitir un mensaje de inclusión y diversidad, se haga desde un lugar de paz, o Sofía Olmos, quién es actriz y la sangre misma del monólogo “Un tutú muy apretado”, el cual es también un proyecto que abona a la inclusión, que nos invita a romper con todo aquello que no nos permita conseguir nuestros sueños, y en quien tuve la fortuna de observar esa emoción que brilla en sus ojos cada que menciona su proyecto como si fuera la primera vez que lo hace, aunque ese tutú lleva en escena ya más de 10 años.
Mujeres que provocan cambios e inciden en su entorno, como la Maestra Katy Salinas Pérez del ICM quien comprende excepcionalmente que el sistema legal mexicano no es perfecto y, por lo mismo, ideó soluciones desde el Instituto para que las mujeres de Coahuila tengamos acceso a un sistema más eficaz y justo. Mujeres que rompen el silencio, como Diana Infante quien, en su libro “Acosadores a Bordo”, describe la problemática a la que nos enfrentamos las mujeres en saltillo que usamos el transporte público, las deficiencias tanto en el IMT como al momento de presentar una denuncia formal. Diana es claro ejemplo de cómo alzar la voz y visibilizar las problemáticas a las que nos enfrentamos haciendo acopio de todos los recursos que tengamos a nuestro alcance.
Mujeres talentosas como Ligia Urroz quien, a pesar de haber sido exiliada de su país, con su calidez personal y sus palabras al momento de recibirme para entrevistarla, tuvo la capacidad de hacerme sentir “en casa”, además de ser poseedora de una gran valentía que se hace visible al develar realidades personales e históricas de un ex dictador de su país natal, Nicaragua, y al hablar sobre el ejercicio del poder aquí en México.
Y qué tal esas mujeres como la que dejó retratada el artista Filipo Giusti en el mural titulado “Doña Luisa” y que rinde homenaje a todas las trabajadoras domésticas mexicanas. Mujeres como Ericka Guadalupe apodada en la feria “lupita” quien, con todas las prendas bordadas que se exhibieron en el stand de Oaxaca, nos mostró además de su trabajo, su arte, representando dignamente a las más de 50 familias que trabajan juntas para seguir poniendo en alto el nombre de México y sus tradiciones.
Mujeres solidarias con otras mujeres, como la Licenciada Lilia Rabiela, que en todo momento me brindó su apoyo para realizar la cobertura de los eventos de la FILC, quien me ayudó a conseguir las entrevistas que nutrieron mis notas, o que incluso, me prestó sus apuntes para tomar información de primera mano. Toda mi admiración y respeto para ella, ya que, aún con todo el trabajo que la feria le suponía siempre que acudí a ella, me brindó su tiempo.
Mujer, sin duda excelente inspiración para orientar los tópicos que se tocaron durante los once días que duró la feria del libro. Seguramente los asistentes a la FILC tendrán muchas anécdotas divertidas, interesantes, amenas, en fin, como decía mi abuela “Cada quién habla de cómo le fue en la feria” y a mí, en esta feria me fue tan bien, que ya espero con ansias la de 2022.
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