CINEMATÓGRAFO

 “Otra ronda”, entretenido relato sobre el alcoholismo y la educación

Desde que vi “Una historia violenta” en aquel lejano 2005, donde dirigido por David Cronenberg, construye un personaje casi real y absolutamente verosímil, Viggo Mortensen, ha sido uno de mis actores predilectos, con temple y sensibilidad en cada interlocución ha llenado la pantalla de talento.

El filme del que le hablo hoy es “Otra ronda” (Another round), en el que, de la mano de una escrupulosa dirección de Thomas Vinterberg -uno de los fundadores de la corriente Dogma 95- Mortensen hace gala de su gran talento histriónico, personificando a uno profesor de bachillerato que junto con tres colegas de su centro educativo, deciden llevar a la práctica una curiosa teoría que pone de manifiesto la necesidad de 0.5 grados de alcohol en la sangre para ser felices consumiendo bebidas embriagantes antes de comenzar con sus actividades formativas.

El grupo de docentes decide registrar los resultados de su consumo construyendo una memoria en la que capturan el proceso académico que han tenido alcoholizados, hasta el momento en el que se sale de control el experimento y uno de los participantes se vuelve adicto y termina por suicidarse.

En un punto de inflexión, el grupo intenta regresar a su antiguo y aburrido estilo de vida, aunque las circunstancias ya no se los permiten, pues su ensayo ha transformado todo el entorno.

La cinta avanza en un ritmo bastante entretenido, con destellos de comedia negra que dejan mucha información para reflexionar, aunque el último tercio del filme destaca por el cambio intempestivo del argumento, que consolida un filme redondo en todos los aspectos.

Cabe mencionar que Thomas Vinterberg, fiel a sus ideales cinematográficos, reviste el filme con evidentes muestras dogmáticas, que pudieran hacer pensar al espectador que es un trabajo en tono académico, sin embargo no es así. La cámara al hombro en prácticamente todo el largometraje y la falta de iluminación extra en algunas secuencias, son parte de los postulados de la corriente cinematográfica que representa.

El trabajo histriónico de Viggo Mortensen tiene una mención especial, como en prácticamente todas sus actuaciones, dejando ver a un tipo muy serio, que ha sido invadido por el olvido y que cada vez parece más innecesario en su entorno familiar y laboral, pero que se transforma de una manera camaleónica al consumir un poco de alcohol.

El filme que hoy en día está disponible en la plataforma de video bajo demanda Netflix, además de haber ganado el Oscar a la Mejor Película Extranjera, se ha convertido en una de las cintas más vistas en la aplicación de entretenimiento. Sin duda, un filme de gran calidad, sumamente recomendable que seguramente le va a llenar la pupila y que puede ser visto desde la comodidad de su hogar.

Sólo le recuerdo que la imaginación se disfruta más en la oscuridad del cine, así que no deje de asistir a su sala favorita. Para dudas, comentarios o sugerencias escríbame al correo electrónico trejohector@gmail.com o sígame en mis redes sociales “Cinematografo04” en Facebook y Spotify, así como “Cinematgrafo04” (sin la “ó”) en Twitter.

Autor

Héctor Trejo
Periodista, escritor y catedrático. Lic. en Periodismo y Comunicación Colectiva por la UNAM y actualmente maestrante en Comunicación por la UACH.
Titular de columna "Cinematógrafo 04". Imparto Taller de Micrometrajes Documentales, así como el Diplomado en Cine y Cultura Popular Mexicana.
Ganador del premio a la investigación Ana María Agüero Melnyczuk 2016, que otorga la Editorial argentina Limaclara
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