Mora Pan
En esta ocasión te platico sobre una gran tradición Saltillense, que se ha compartido durante ya cinco generaciones, me refiero al pan de pulque de Mora Pan.
Esta gran historia tiene sus orígenes a principios del siglo XX, en el año 1906 para ser precisos, cuando don Antonio del Bosque y doña Lucita Flores dejaron su tierra natal, San Pedro de las Colonias, para llegar a esta hermosa ciudad de Saltillo con sólo medio costal de harina y azúcar, materia prima con la cual, junto a algo de pulque, elaboraron pan, sí ese mismo pan que los nativos tlaxcaltecas trajeron en el año de 1591, el pan de pulque.
El matrimonio de Lucita y Antonio procreó 9 hijos, 6 damas y 3 varones, integrándose en un principio al negocio del pan sus hijos Antonio y Ramiro. Sin embargo, con el paso de poco tiempo al haber enviudado, su hija Rebeca se ve en la necesidad de encender el horno de leña que tenia en su casa para elaborar ella también pan de pulque con un toque femenino y hogareño.
Rebeca del Bosque viuda de Aguirre aprendió de sus padres a hacer batidas de huevo, chorreadas, semitas y chocolate de metate, productos que elaboraba para vender en su propia casa. Doña Rebeca, gracias a su trabajo amasando harina, a su horno y a su amor, logró darles sustento a sus cinco hijos Sergio, Javier, Elba y las cuatas, Lidia y Laura Emma.
Para el año de 1955 Rebeca junto a sus hijos se mudó a la vivienda marcada con el número 738 de la calle de Acuña, lugar en donde sus hijas Elba y Laura Emma aprendieron a amasar, elaborar y hornear el pan de pulque.
Laura Emma, durante las épocas navideñas, elaboraba repostería propia de la temporada, hasta el año de 1979, cuando decide elaborar para su venta pan de pulque utilizando la técnica y recetas que son parte de la herencia familiar desde don Antonio y doña Lucita. Durante muchos años, por no decir que toda la vida, elaboraba el pan de pulque en su casa y toda la producción se hacia bajo pedido.
Pasaron los años y Laura, hija de Laura Emma, nieta de Rebeca, también se volvió panadera con esa técnica tan peculiar y única los distingue, tanto así que hace unos cuantos años, cuando don Danielito de León le compró pan de pulque al llegar a su casa, su esposa al ver el pan dijo: “esas batidas son de Rebeca”, y así lo eran.
Hoy en el negocio de la elaboración del tradicional pan de pulque trabaja ya la quinta generación. Además, elaboran pan de pulque en tierras regiomontanas, donde los vecinos del cerro de la Silla tiene la oportunidad de probar un verdadero y delicioso pan de pulque. Esta es una historia como muchas que tenemos en esta hermosa ciudad, una historia que fusiona tradiciones Saltillenses, aromas y sabores únicos de aquí de Saltillo.
Si un día quieres probar un pan de pulque elaborado en el mismo lugar donde se vende y con una gran tradición familiar, no dudes en visitar a Laura, en cualquiera de las sucursales de Mora Pan.