Mexicanos al grito de ¡vota!
Fue un largo tiempo de ausencia que intencionalmente realicé, con el objeto de que se llevaran a cabo las campañas electorales y que, para este momento, al igual que usted, querido lector, ya tuviéramos un criterio personal respecto de en quién -o en quien no- vamos a depositar nuestra confianza y conferirle nuestro voto.
Anteriormente habíamos mencionado sobre la importancia y todo lo que está en juego en estas elecciones; no obstante, vale la pena recordar el hecho que no solo seremos partícipes de las más grandes de la historia, sino también podremos pronosticar la validación, o no, a la ruta que se le ha trazado al país en los últimos 3 años y que se pretende continúe -mínimo- por 3 años más.
Por ello, durante este primer semestre del año, se nos han presentado personas que se jactan de ser héroes y se otorgan facultades para poder señalar a quien, según ellos, son villanos y algunos bajo el espectro populista nos introducen propuestas de soluciones fáciles a problemas complejos, haciéndonos creer a las y los electores que ellos son la respuesta a todas las preguntas. Todos ellos/ellas mejor conocidos como candidatos/as
Entre eso y muchas cosas más que han representado la coyuntura que generan las campañas electorales, creo necesario y cívicamente correcto, utilizar la publicación de esta semana en este medio digital, para convocar y promover la obligación constitucional que como ciudadanas y ciudadanos mexicanos tenemos, que es la de acudir a votar.
Se tiene que decir, y no pasa nada, los políticos como persona no son, y nunca lo serán, la solución a ningún problema social que nos aqueje. Lo que realmente son, o aspiran a ser, es representar nuestros intereses en la toma de decisiones -ahora sí- respecto de posibles soluciones a temas coyunturales en los que por obligación el Estado deba de intervenir. Es ahí donde un/a alcalde, diputado/a, senador/a y hasta el presidente de la república, independientemente de su ideología, demuestran realmente quienes son.
En ese sentido, la importancia de visualizar, comparar y elegir correctamente los perfiles que optemos por elegir es evidente. Y sí, se está en todo el derecho de reprochar a algunos partidos políticos las propuestas de candidatos/as y/o planillas que presentan como opción electoral, pero eso es otro tema, el asunto de ciertos partidos en México es un cuento de nunca acabar….
Tanto en lo individual como en lo colectivo, los electores contamos con un poder que se nos otorga por el simple hecho de ser ciudadanos de este territorio específico que es México y que debe ser garantizado por el Estado: el poder de decisión. Ese, querido lector, es el más grande de los poderes. No es el de quien está “arriba”, sino el de los que estamos donde estamos. Con él decidimos presente, pero sobre todo futuro, de lo que queremos para nosotros y los nuestros.
Por eso, el hecho de ir a votar no representa un requisito para ser acreedor a un beneficio, o bien, el cumplimiento de una tarea como muchas otras. Ir a votar representa ejercer con responsabilidad el poder que como mexicanos se nos ha conferido.
No importa por quién, para determinar eso cada quien analizó y determinó lo que el domingo va a hacer. Me permito comentarle que mi voto NO será para aquellos que piensan igual que ya saben quien.
Lo que se pretende transmitir, y lo dejó en una frase, es que no hay que dejarnos ir por discursos o mensajes que pretendan dejarnos perplejos. El verdadero héroe en una democracia, se encuentra frente a su espejo.
Reciban un saludo, muchas gracias.
@Dan_Fdz
Hagamos patria, salgamos a votar.
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#MexicanosAlGritoDelVoto