La irritabilidad de López Obrador se ha incrementado y sus diarios insultos y mal humor, resultan muy peligrosos en este clima de violencia preelectoral.
Al atacar cada mañana a los que piensa adversarios, crea condiciones emocionales y crispa situaciones políticas para que la violencia ocurra.
Dice el escritor español Javier Cercas, que es muy fácil dividir una sociedad; pero muy difícil volverla a unir.
Y eso está pasando.
Mientras AMLO, Monreal y Delgado y otros pocos, atizan la hoguera buscando beneficios y alentando a narcos y otro tipo de criminales a cometer asesinatos, millones estamos preocupados.
De ahí que muchísimos periodistas dedicaran sus columnas esta semana, a analizar esa conducta presidencial “pendenciera”, como la llama Jesús Silva-Herzog en su artículo para Reforma del 24 de mayo.
El presidente, “pincha para enardecer y planea la provocación de la mañana siguiente, las fotos que serán exhibidas, las preguntas a sembrar en los periodistas afines, el golpe escénico… Solo conjuga un verbo: cucar, que significa provocar por diversión, buscar el enojo del otro, irritar por gusto… y más que el elector al que pudiera persuadir, le atrae la irritación que pudiera provocar.”
Roberto Zamarripa el mismo lunes y en el mismo diario, sintetizó: “Del referéndum a las vencidas. Y de las vencidas al callejón. Navaja libre, patada, trompo y descontón. Entran en tensión esa reyerta entre gobierno, dirigencias partidistas y burocracias electorales”; y demandando, «una dosis de sensatez».
Un día antes, también en Reforma, Diego Valadés asentó, «hace veintiséis siglos el historiador Tucídides formuló el primer bosquejo teórico de cómo avanza la inestabilidad social y política a partir de un factor desencadenante al que llamó anomia: lo contrario a la norma.»
Y advirtió que en México están emergiendo esos signos, que fracturan la convivencia.
“Domina un talante embravecido. Los comicios funcionan como válvula de descompresión, pero las campañas están profundizando las animosidades”
Gabriel Zaid dijo este domingo 30 en Reforma, que la decepción causada por los gobiernos panistas hizo a muchos desear el regreso del PRI «corruptos, que al menos saben gobernar»; y que la decepción con Peña Nieto, hizo creer en López Obrador: «Que resultó otro Fox: un dicharachero que no sabe que no sabe …»
Esa decepción, insistió Zaid, creó una situación peligrosa para el país de la que podemos salir, «basta que el oficialismo pierda el control del legislativo… La respuesta ciudadana a un sexenio anticiudadano, no debe ser la abstención, sino el voto de castigo. »
También por castigar a través del voto, se pronunció Enrique Krauze, “un régimen que no admite la variedad no permite la crítica, no valora la tolerancia, no ejerce la civilidad, no respeta a las minorías, atropella las libertades y pasa por encima de los derechos humanos, nos ha llevado al punto de asumir la definición mínima (o última) de la democracia que proponía Popper: castigar el mal desempeño del gobierno.”
Rolando Cordera puntualizó este domingo en La Jornada: “Podemos seguir engañándonos, pero lo cotidiano se ha vuelto agresivo, persistente mensaje de temor… La enorme fortaleza institucional erigida para superar la desconfianza y dar lugar a una vida democrática y por ello ciudadana, ha sido puesta bajo sitio desde el mismo poder constituido… frente a eso ya pesar de ello, hay que votar. En favor y en defensa de la democracia”.
Este martes primero de junio, José Woldenberg en su artículo para El Universal, ¿La Muerte tiene permiso? escribió “No hay nada más contrario a una competencia electoral regulada y pacífica que la política convertida en campo de batalla sin reglas”.
Añadió que la violencia no solo ha impactado las campañas “sino la vida misma” y recordó que interrogado sobre el tema “nuestro presidente prefiere capotear la pregunta y acusar a los medios de amarillismo”.
Sergio Sarmiento en su Jaque Mate del mismo martes 2 en Reforma, enumeró: A seis días de la jornada electoral se han registrado 782 agresiones contra actores políticos … 89 asesinatos contra actores políticos … pero al presidente no le preocupa y como suele hacer con tantos problemas, culpa a los medios diciendo «… como ahora hay una elección, es normal, es un asunto de la temporada».
También este día primero, Roger Bartra escribió en El Universal que es muy importante que la ciudadanía de «una lección de civilidad en las próximas elecciones, distribuyendo su voto para cortar las alas a la autocracia presidencial».
En fin, estos extractos de excelentes artículos y muchos más que por falta de espacio no cito, destacan la urgencia que tenemos de ayudar a que arribe la cordura antes que sea tarde demasiado.
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