No quiero sonar como a tarjeta de Hallmark, pero yo sí les deseo que tengan un 2021 que esté a su altura. Vamos, si Usted está leyendo esta columna, quiere decir que venció al nefasto 2020. Eso es ya meritorio. Pero bajando de la nube de los buenos deseos a la realidad, hay cosas que tendremos que seguir viviendo, gracias al legado del año pasado, y veremos otras más pasar porque está escrito en el calendario maya, o no.
Por ejemplo, a pesar de que ya hay varias vacunas contra el Covid-19, se estima que, para junio del 2021, habrá 250 millones de contagios y 1.75 millones de muertes a nivel global, porque producir tantas dosis como para 7,700 millones de humanos, no son enchiladas.
Estados Unidos tendrá nuevo presidente. Esta semana, por cierto, el senado estadounidense se reunirá para contabilizar las actas del Colegio Electoral y finalizar el proceso que pondrá a Joe Biden en la Casa Blanca al medio día del 20 de enero. Trump sigue pataleando y ha juntado a 11 senadores para que no reconozcan el conteo. Otro berrinche más que tiene 0.0001% de posibilidades cambiar el resultado de la elección.
Y hablando de elecciones, Ecuador, Perú, y Honduras, tendrán elecciones presidenciales. No incluyo a Nicaragua, porque el actual presidente Daniel Ortega impondrá a su esposa a como dé lugar. Esa no cuenta. México y Argentina tendrán elecciones legislativas que serán un referéndum de sus actuales presidentes, y Chile va a elegir a los miembros de la Asamblea Constituyente que redacte la nueva constitución.
Tokio 2020 quedó pendiente y a partir del 23 de julio será Tokio 2021. El trabajo a distancia que ahora es algo normal desatará un éxodo de personas de las grandes ciudades a poblaciones más pequeñas donde la vida sea más barata. Otro robot diseñado por humanos llegará a Marte, el cual mandará más fotos de rocas y paisajes desolados del planeta rojo.
Seguramente veremos más avances tecnológicos como la red 6G y con suerte las primeras entregas de productos a través de drones. Las economías tienen una gran perspectiva de crecimiento después del descalabro del 2020. Habrá conciertos y espectáculos que fueron postergados, y vendrá una carga sustancial de series y películas que se habían quedado en el guion.
Pero lo más emocionante, es que la psicosis colectiva del año pasado va a menguar. Sí, los protocolos sanitarios se mantendrán, pero el distanciamiento social será menor. Los abrazos entre nuestros seres queridos volverán poco a poco y podremos ver al futuro de una manera más prometedora. Creo que será un buen año. Ese es mi deseo para todos.
Israel Navarro es Estratega Político del Instituto de Artes y Oficios en Comunicación Estratégica. Twitter @navarroisrael
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