La contingencia sanitaria que se ha prolongado ya por ocho meses, y que seguramente se extenderá al primer semestre del siguiente año, ha sido detonante sin duda de muchas situaciones desafortunadas que involucran la perdida de seres queridos, quebrantos económicos, cancelación de proyectos, pero también la adversidad nos ha dejado ver cómo se multiplican y potencializan valores y actitudes que contribuyen al engrandecimiento de la sociedad.
Destacan desde luego los médicos y el personal hospitalarios que se ha tenido que entregar sin descanso en lo que bien se ha denominado «frente de batalla», son los que en mayor riesgo están y no han claudicado pues saben que no hay manos suficientes para hacerse cargo de la atención a los enfermos.
Pero adicionalmente hay que destacar a otro gremio que igualmente ha mostrado una entrega ejemplar, el de los maestros, que de imprevisto tuvieron que adaptarse a impartir las clases de manera virtual, con dispositivos y plataformas a las que muchos de ellos antes no habían tenido acceso.
No se ha dimensionado la rapidez con la que se dio este proceso revolucionario en la educación, al que seguramente algún día el mundo tendría que avanzar, pero la circunstancia obligó a hacerlo de golpe, y aunque es perfectible ha funcionado.
El Banco Mundial está haciendo un seguimiento de cómo los países están utilizando la tecnología para dar apoyo al aprendizaje remoto, y los especialistas de la institución consideran a México como uno de los cuatro casos de éxito en América Latina, junto a Uruguay, Colombia y Chile.
Pero no todo está en la tecnología y en la capacidad de adaptarse a ella, en el éxito del modelo hay mucho de actitud, voluntad, creatividad, en suma de la vocación de los maestros, pues tanto en las áreas urbanas como en la rural el esfuerzo digital se ve acompañado por docentes que en lo individual generan canales de comunicación con sus alumnos para tratar de evitar que se rezaguen.
Adicional a ello, lejos de los reflectores hay un gremio que está haciendo un gran aporte que no debe pasar desapercibido, el de los bibliotecarios que lejos de caer en el confort y quedarse sentados a la espera de que sea posible recibir usuarios en sus centros de trabajo, se reinventaron y están dando servicio permanente a través de plataformas digitales.
El personal de la Coordinación de Bibliotecas Públicas de Coahuila implementó desde hace meses tutorías digitales para educación primaria y secundaria, que los alumnos pueden accesar a través de facebook, y estas tutorías van vinculadas a los contenidos de los planes oficiales de estudio.
Esa actitud proactiva la mostraron también los Bibliotecarios en las recientes festividades por el Día de Muertos, en las que también a través de medios digitales ofrecieron un muy completo programa denominado «Nuestras Raíces» que incluyó talleres para la elaboración de calaveras y dulces típicos, además de lecturas de cuentos y poesías, y conferencias sobre el origen de esta tradición.
Y todos esos contenidos quedan en un acervo abierto a todo público a través de redes sociales.
Es de justicia ponderar lo que los bibliotecarios están haciendo, que es muestra de su compromiso y vocación.
Quizá aún antes de la pandemia se podría haber pensado que las bibliotecas habían quedado en la obsolescencia, y con ellas sus responsables. Habrá seguramente quienes crean que, teniendo hoy todo un acervo disponible en medios digitales, y habiendo en general tan poco interés por la lectura, ya nada tenían que dar a la sociedad esos recintos y esos profesionales de la educación.
Hoy nos han demostrado que se saben adaptar, que son útiles a la sociedad, que no se conformaron ni aprovecharon la circunstancia para el ocio personal, están dando un valioso servicio y un gran ejemplo. Actitud y entrega dignos de imitarse.
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