El hombre que plantaba árboles
«El hombre que plantaba árboles», es un relato breve del autor francés Jean Giono, publicado en 1953. Hoy en día puede conseguirse una excelente versión en pasta dura, publicada de manera reciente por Duomo Ediciones, con magníficas ilustraciones de Joélle Jolivet.
A más de 60 años de su publicación, la narración se mantiene fresca y vigente. En resumen, la historia es contada por un joven que al encontrarse perdido y sin agua en un paraje solitario cerca de Provenza, Francia, se topa con un pastor llamado Elzéard Bouffier. El ermitaño personaje salva al joven dándole agua y comida, y durante esta interacción el muchacho se da cuenta que día tras día, Elzéard lleva a cabo una particular tarea: Está decidido a regenerar un bosque completo él solo, plantando árbol por árbol, para lo cual va haciendo agujeros con su bastón y sembrando las mejores semillas. Luego el joven se va durante un tiempo. Participa en la Gran Guerra y a su regreso, decide visitar nuevamente a Elzéard para descubrir cómo va con su misión… Y hasta aquí dejo el argumento para evitar spoilers y que sea usted quien finalmente disfrute el nudo y desenlace de la historia.
Más allá de la simple fábula contenida en la obra, vale la pena destacar algunos elementos interesantes. El momento en el que se publicó el libro, posterior a la Segunda Guerra y en una evidente etapa social de reconstrucción mundial, advierte la intención de transmitir que el hombre no sólo es capaz de destruir, sino también de construir. Luego, la gran lección respecto al propósito del ser humano en el ideal de llegar a ser feliz, y los pocos elementos que en realidad se precisan para lograrlo. Por supuesto el mensaje medio ambiental y finalmente, el libro pretende como una pequeña semilla literaria, sembrar esperanza en quien lo lea. De ahí, que el propio autor estuvo muy orgulloso de que su libro se repartiera con gran éxito de manera gratuita, sin él percibir un céntimo de ganancia.
Un libro que sin duda vale la pena compartir con las nuevas generaciones, porque como bien se dice, si alguien está sentado hoy a la sombra de un árbol, es porque alguien lo plantó mucho tiempo atrás.
Somos lo que hemos leído y esta es, palabra de lector.
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