La política siempre tiene un poco farándula. Hay actores, producción, y escenificaciones, como los cortos que vimos con la llegada de Emilio Lozoya a México. Que si el tipo de la foto no se parecía en nada al exdirector de PEMEX, que si la caravana lo llevó al reclusorio o a un hospital, que si estaba sano en España y al llegar a México tenía anemia, y todo lo que abone a la intriga para construir la telenovela política.
No es la primera vez que ocurre un show así. Basta recordar el caso de la cobertura del arresto de la banda de secuestradores entre los que se encontraba la francesa Florence Cassez orquestado por el entonces Secretario de Seguridad Pública Genaro García Luna, y que ahora pasó de ser productor a villano en el nuevo reality show de la 4T.
La trama de Lozoya va para largo y el interés es grande porque se ha vendido la idea de que habrá nombres y pruebas de otros implicados de alto nivel en pecadillos como peculado, lavado de dinero y tranzas con la empresa transnacional Odebrecht. Esto implica ir administrando los episodios. Por ejemplo, hasta dentro de 10 días el acusado tendrá su primera audiencia, porque ahorita está enfermito según las autoridades, y por eso permanecerá en una clínica privada, al mismo estilo que la maestra Elba Esther. Por cierto, otra buena novela de la administración de Peña Nieto.
Contar historias es un arte. Y mantener el interés del respetable aún más, porque hay muchos otros temas que debieran ser más importantes como la seguridad, los empleos perdidos o el méndigo Coronavirus. Pero no, la sed de una historia de justicia tiene más raiting. El presidente lo sabe, y bajo ese esquema ha construido su administración.
¿Qué nombres soltará Lozoya? ¿Pisará la cárcel? ¿Quién más caerá? Será lo que el guionista decida, y que le ayude a mantener cautivo al público durante el tiempo que la realidad no le sea favorable. No es que a Juan Pueblo le guste el circo, pero le anima ver a un corrupto tras las rejas, aunque afuera le asalten y no consiga empleo. Por eso aplaude a quien fue capaz de llevar al villano a rendir cuentas.
Pero ojo, el show business es un monopolio. Y solamente lo ejerce quien tiene la silla de director. Cualquier otra producción que cuente otra historia, como el video de terror que vimos el fin de semana cortesía del Cartel de Jalisco Nueva Generación, será considerada como apócrifa y fantasiosa, aunque la realidad sea otra.
Gobernar no es sólo resolver y ordenar, sino comunicar en los términos e intereses del público conocedor, aunque sea a manera de espectáculo. Si no, pregúntenle a Emilio Lozoya quien protagoniza esta temporada.
Israel Navarro es Estratega Político del Instituto de Artes y Oficios en Comunicación Estratégica. Twitter @navarroisrael
Autor
Otros artículos del mismo autor
- MEXICO24 noviembre, 2024En México, siete de cada diez mujeres han sufrido violencia
- COAHUILA24 noviembre, 2024Con grandes obras Coahuila tiene rumbo: Manolo
- Sin categoría24 noviembre, 2024Entrega Chema Fraustro renovado campo del Ateneo
- SALTILLO24 noviembre, 2024Este lunes estará en Saltillo el Superior General de los Hermanos de las Escuelas Cristianas