¿Qué se necesita?
Conforme transcurren los días y siguen creciendo el número de contagios y fallecimientos por contagio del Coronavirus, no se logra entender la intensa movilidad de la gente haciendo caso omiso a las más básicas recomendaciones, y el transitar de muchas personas sin hacer uso del cubrebocas, ni guardar la sana distancia, el uso de alcohol gel, y ni siquiera cumplen con el frecuente lavado de manos.
Nada, ni por precaución propia y sus familias, menos por respeto al resto de la gente que hace esfuerzos importantes, que ha seguido al pie de la letra la recomendación de quedarse en casa, que ha cumplido ya casi cuatro meses de confinamiento saliendo exclusivamente para lo más esencial, y guardando al máximo todas las precauciones.
Es increíble que en los momentos en que los hospitales privados en La Laguna están al borde de su máxima capacidad e incluso algunos ya no la tienen para recibir un solo paciente más, y que a los que llegan a requerirles el servicio los están empezando a derivar a los hospitales públicos, que se acercan peligrosamente al límite de su capacidad, todavía haya gente que siga diciendo que lo del Coronavirus es un invento, que no es verdad, que no existe.
Si la gente que adopta esa actitud, no se cuida y por su gusto se contagia es muy su decisión, el problema es que, como portadores del virus, lo llevan y esparcen por todos lados, incluyendo su hogar donde ponen en grave riesgo a su propia familia, sobre todo a los adultos mayores, que es en su mayoría los que han venido perdiendo la vida.
¿Conoces a alguien que se haya contagiado de Coronavirus?
En mi caso particular los dedos de las manos –y si me apura también hasta los de los pies- me resultan ya insuficientes para contar las personas de mi entorno más cercano que han sido contagiados, e incluso algunos de ellos hasta perdieron la vida. Por fortuna, algunos otros han logrado su recuperación, pero ya con daños permanentes e irreversibles en su sistema respiratorio.
Como botones de ejemplo mencionaré sólo algunos de los casos. Sergio Rodríguez un gran médico, humanista y gran persona, amigo de la infancia, perdió una batalla que luchó intensamente y que no era suya, día con día luchaba por ayudar a los demás y al final la muerte le cobró con su vida, la osadía de haberle arrancado de las manos las de varios pacientes. El regidor nigropetense y además periodista, Moisés Lechler también sucumbió ante el Coronvirus.
El diputado por Morena, Javier Borrego y su esposa, afortunadamente lograron superar la etapa más grave, aunque aún se encuentran convalecientes, padeciendo las secuelas que sufrirán de por vida; el doctor Raúl Méndez, padre de grandes amigos, por fortuna también logró la recuperación al salir de la etapa de la intubación, pero sigue en su recuperación. Otros como el político Raúl Sifuentes apenas están comenzando a respirar por sí mismos y próximos a ser desintubados, primero Dios.
Compañeros de diferentes medios de comunicación, funcionarios y trabajadores de áreas de comunicación de los gobiernos estatales de nuestro entorno, el director de esa área en el municipio de Lerdo, mi gran amigo de toda la vida, Miguel Ángel Solís Maldonado, que apenas este miércoles tuvo que ser internado en una clínica del IMSS. Gente de mi entorno familiar, algunos que ya lo han superado y otros que están en ese proceso.
Por ello no se entiende el valemadrismo con el que mucha gente actúa ¿qué hace falta para que como sociedad actuemos con responsabilidad? ¿qué se necesita para que seamos solidarios con nosotros mismos, con nuestra propia familia y con los demás?
Mire los números de este jueves en el reporte de la Secretaría de Salud de Coahuila, pusieron los pelos de punta a más de dos: 239 nuevos casos en la entidad y 19 fallecimientos; un día antes 180 casos y 17 muertes. En Durango el miércoles 53 nuevos casos y 11 defunciones, y un día antes 54 casos nuevos y nueve muertes. Y ya mejor ni le menciono los casos a nivel nacional que siguen creciendo también como la espuma, al grado que México es el cuarto país con el mayor número de muertes a nivel mundial, por la pandemia.
Ojalá que como sociedad entendamos la verdadera dimensión de lo que nos tocó vivir, porque sin la participación de la gente, nada, ningún esfuerzo, ningún programa de gobierno, por decenas o quizá ya hasta cientos de vidas de médicos, enfermeras y personal de salud que se han perdido, alcanzarán para frenar esta pandemia. Lo he dicho recio y quedito, y lo repetiré hasta el hartazgo, la mayor parte de la solución, no de la cura, sino para frenar los círculos de contagio, está en nuestras manos. En las de nadie más.
@JulianParraIba
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