UNA TAZA Y DOS DE CULTURA

Si las esculturas hablaran

¿Te haz puesto a pensar cuántas esculturas te han visto crecer? ¿Cuántas esculturas en tu día a día pasas? Posiblemente ya no nos damos el tiempo de admirarlas,  mucho menos de ponernos a pensar en la historia o trasfondo que existe atrás de cada una de ellas. Si nos podemos pensar seguramente exista alguna que nos acompañan en nuestra vida diaria desde niños , que han estado en momentos importantes de nuestra vida, tal vez una foto memorable, una decisión relevante o poniéndonos románticos ¿qué tal un buen beso?

Dando un  ejemplo ¿Han visto en alguna ciudad replicas de la fuente de la Diana Cazadora? Seguramente han visto replicas en algún estado de la república, aunque originalmente es un monumento representativo del arte mexicana ubicada en la ciudad de México en Paseo de la Reforma.  La escultura fue realizada por el escultor Juan Fernando, siendo inaugurada el 1942 por el entonces presidente Manuel Ávila Camacho.

La Diana Cazadora que ya hablamos  no se llama así pero uno así le dice,  es un monumento a la mujer, a la belleza del cuerpo desnudo y a la libertad. La modelo que poso para la escultura Helvia Martínez, recientemente cumplió 99 años, fue esposa del exdirector de Pemex Jorge Díaz Serrao.

Por otro lado están las esculturas de líderes militares, de niño uno buscaba tratar de subirse al caballote. Aunque en algunas fuera demasiado complicado al encontrase el equino levantado en dos patas, una misión que más de un escuincle aceptaba. Por cierto, si una estatua de una persona a caballo tiene dos patas en el aire, la persona murió en combate. Si el caballo tiene una de las patas frontales en el aire, la persona murió de heridas recibidas en combate, seguramente libró la batalla pero ya al regresar al campamento pereció y  si el caballo tiene las cuatro patas en el suelo, la persona murió de causas naturales

No solamente es interesante la historia de cada una de las esculturas, también de quienes las construyen, tal vez nos sintamos identificados con amores que nos hicieron daño, como Angelina Beloff, conocida por haber sido la primera esposa de Diego Rivera. Esto provoca a la fecha que gran parte de la obra de Beloff ha sido opacada por la de Rivera y la de sus demás parejas, incluida claro la pintora Frida Kahlo

Y como todo en la vida, también existen las esculturas que no son tan queridas, un ejemplo se encuentra en el estado  Colima con “La figura obscena” una obra del escultor mexicano José Luis Cuevas. Representa a un hombre postrado en 3 patas levantando la cuarta en actitud de marcar territorio. Parece una especie de animal extraño, casi como un extraterrestre (con un caparazón). Mantiene una posición de un felino al “acecho de algo”. Pareciera el animal se va acercando y va llegando a la ciudad.

Como suele pasar en el arte, puedes encontrar también piezas más chicas  a la venta con precios exorbitantes como lo son el  «L’homme au doigt (Hombre señalando)»  con un valor de venta de 141,3 millones de dólares,  o el  «Nu de dos, 4 état (Back IV) «, con un costo de  48.8 millones de dólares (34,6 millones de euros), se ven bien bonitas en la calle, mejor dejémoslas allí, son gratis para el espectador. ¿Quién dice que del arte no se vive?

Extrañamos salir sin traer cubre bocas, sanitizante para ponernos cada vez que tocamos un objeto extraño, buscando la forma de estar fuera de casa lo menos posible, también empezamos a extrañar poder ver nuestro alrededor sin miedo a que el coronavirus se encuentre nuestro camino. Nuestras esculturas también extrañan nuestro andar y nosotros su potente carga de simbolismo, belleza y patria.

 

 

 

 

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El Heraldo de Saltillo
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