La inclusión en las tecnologías digitales ayuda en la solución de grandes problemas: Cinvestav

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14 abril, 2020

Si no se atiende el acceso a estas herramientas se podrían convertir en un factor que recrudezca la desigualdad social

Ciudad de México.- La Unión Internacional de Telecomunicaciones estima que hace un par de años 3.9 mil millones de personas en el mundo usaban internet, y calculó que más de la mitad de la población en México formaban parte de la comunidad digital. Ante este arribo de la sociedad digital, donde las tecnologías son usadas como herramientas para servicios y funciones en todas las esferas de la comunidad, es necesaria una reflexión y análisis sobre este paradigma.

Las sociedades no pueden permanecer pasivas ante este fenómeno, deben trabajar de manera proactiva para desarrollar las tecnologías digitales que tienen enormes ventajas, pero también pueden representar enormes problemas de diversos tipos, sostuvo Germán Álvarez Mendiola, jefe del Departamento de Investigaciones Educativas (DIE) del Cinvestav.

Las universidades forman a personas que producen estas tecnologías, ingenieros o tecnólogos, pero también generan egresado en los distintos campos de la actividad humana que van a emplear esas tecnologías en sus actividades; esto provoca una profunda reconfiguración en el mapa de las profesiones, es decir, se va renovando el campo profesional.

“El campo de las profesiones como ahora lo conocemos en muy poco tiempo habrá cambiado de una manera dramática y radical; muchos empleos actuales se van a mantener, pero otros que requieren o pueden ser automatizados se van a transformar, incluso en algunas carreras tradicionales y pilares de la educación superior en el mundo, como medicina, derecho o administración, están siendo impactadas por las tecnologías digitales”, explicó el investigador

Además, las tecnologías digitales tienen una relación “simbiótica” con la educación porque no se desarrollan solo en las universidades o instituciones de educación superior, también se generan en otros ámbitos, como la industria o centros de innovación, de tal manera que le llegan desde afuera, pero al mismo tiempo las universidades realizan investigación usando esas tecnologías para generar nuevas invenciones, productos y servicios.

En el sistema educativo el énfasis se ha puesto en la infraestructura como el equipamiento, computadoras, tablets, celulares o cableado, pero todavía hay poca reflexión y desarrollo sobre el hecho de que el acto educativo no depende en sí mismo de la tecnología y la tecnología en sí misma no puede convertirse en el fin, sino que debe ser el medio para producir un vínculo pedagógico y educativo.

Otro tema relevante son los accesos desiguales a la tecnología entre los países y dentro de los ellos que pueden profundizar las grandes brechas socioeconómicas, culturales y educativas, en vez de disminuirlas; sin embargo, las herramientas digitales empleadas con una perspectiva estratégica de desarrollo y de inclusión, pueden ayudar a resolver problemas de gran tamaño, como el cambio climático global, por ejemplo.

En países como México, donde hay una enorme desigualdad socioeconómica, el acceso, aprovechamiento, uso y disfrute de las tecnologías digitales ocurre de manera desigual; los países desarrollados logran distribuirlas de manera más homogénea de lo que se puede ver aquí, entonces su comunidad puede marchar de manera más pareja.

Si en México el problema de acortar las brechas de desigualdad en el acceso a las tecnologías no se atiende, las mismas herramientas digitales pueden profundizarlas, porque algunos segmentos de la sociedad, generalmente los más pudientes, son los que tendrán mayor disposición de ellas y por lo tanto aprovecharlas. La tecnología en esos contextos podría convertirse en un factor que recrudezca la desigualdad social, en lugar de aliviarla.

A nivel gubernamental, ya se tienen muchos años haciendo esfuerzos por desarrollar la tecnología y ampliar la cobertura en todo el territorio, con énfasis en el sistema educativo; el Estado debe ser el encargado de esa parte, no solo por la infraestructura, sino por el compromiso de mitigar las desigualdades de acceso por regiones y por estratos sociales.

“El gobierno ha ido haciendo algo, pero se percibe que es insuficiente, en relación con las necesidades del país de marchar al mismo paso que otras naciones y en función de los enormes problemas no hemos logrado resolver; entonces, se advierte cierta lentitud o atraso en ese esfuerzo y sin duda es necesario redoblarlo”, señaló Germán Álvarez Mediola. (CINVESTAV)