Un plan de rescate económico para crear más pobres

Con bombo y platillo el presidente López Obrador anunció que el domingo pasado presentaría un plan de rescate económico ante la crisis del COVID-19. ¿Y qué tal está el plan, Israel? Pues, tan decepcionante como un producto milagro. Me explico:

Desde que inició el año, AMLO no ha podido dominar la agenda pública. La coyuntura rebasa a su comunicación. Los feminicidios, la inseguridad, el Coronavirus, y los efectos económicos adversos que se esperan, lo han acorralado. Y aun con todo ello, se niega a alejarse del reflector. Hay una ansiedad notoria por acaparar el micrófono, por miedo a que la oposición gane tiempo aire.

Por eso la insistencia de hacer un informe y presentar un plan en el que no hubo propuestas concretas hacia los pequeños y medianos empresarios que generan 72% del empleo y el 52% del Producto Interno Bruto del país. Por el contrario, le presidente hizo abundantes reconocimientos a los programas sociales y obras que tiene en marcha, y prometió la creación de 2 millones de empleos en 9 meses.

Sin embargo, eso no tiene sentido porque a los empresarios les está pidiendo asumir el golpe de la crisis no despidiendo gente, no bajando salarios, y a la vez tendrán que seguir pagando impuestos. Eso los expone a la quiebra y dejar desempleadas a millones de personas. No se puede generar empleos así, a menos que el presidente considere erróneamente que las becas y los apoyos sociales son empleos.

Y por si fuera poco, el discurso siguió con la línea de la polarización. Los conservadores, el pasado neoliberal, y los adversarios, cuando en tiempos de crisis, lo que más necesita el país es unidad y hacer a un lado las diferencias político-ideológicas. Pero para el presidente es más cómodo atrincherarse en la misma cantaleta de siempre, que plantear soluciones.

No, no se cancelarán los elefantes blancos de Dos Bocas, Santa Lucía y El Tren Maya, presupuestos que realmente podrían hacer una diferencia en la reactivación económica, pero sí se le quitará el aguinaldo a miles de funcionarios federales, de subdirector para arriba. Ahora sí, que ¿ellos qué culpa tienen?

Desde campaña López Obrador fue claro y enfático: primero los pobres. Y eso está muy bien, si el modelo de gobierno buscara la justicia social como un medio para sacarlos de esa condición. Pero, por el contrario, el supuesto plan de reactivación apunta a la reducción de la clase media, el aumento de la pobreza y el asistencialismo. Mientras más pobres genere esta crisis, más campo de acción tiene AMLO para expandir su base de apoyo.

Hay quienes dicen que el país no tiene rumbo, pero claramente el presidente sabe hacia dónde quiere llevarlo. Por ello, como él mismo dijo, esta crisis le viene como anillo al dedo.

Israel Navarro es Estratega Político del Instituto de Artes y Oficios en Comunicación Estratégica. Twitter @navarroisrael

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El Heraldo de Saltillo
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