Los machetes de la salud
Como es habitual, el pasado martes, integrantes de la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas en Coahuila, se apostaron en las oficinas de la Secretaría de Salud para encabezar una manifestación en protesta por la falta de atención médica de personas de escasos recursos. Es de todos conocido que estas acciones emprendidas por la organización son constantes y hasta avaladas por el más alto nivel.
Lo extraño fue cuando de repente elementos de la Policía Estatal comandados por Sonia Villarreal, comenzaron a lanzar gas lacrimógeno sin importar la presencia de señoras con hijos en brazos y mujeres de la tercera edad que tuvieron que bajar por una salida de emergencia para evitar los daños.
Hasta la compañera reportera Ana Ponce y su camarógrafo Gerardo López quienes realizaron una excelente cobertura salieron afectados con la “gaseada” y sin importar el hecho, se preocuparon por las personas del lugar, lo cual quedó documentado en imágenes que miles de personas observamos.
Tan es común estas manifestaciones que en otras ocasiones hasta vacas han llevado a sus protestas y el tema concluye con reuniones y acuerdos en beneficio de muchos pacientes.
Pero esta vez no fue así, tres personas golpeadas, con moretones evidentes en la cara, y cuatro detenidos. Pero fue evidente que alguien cometió un error, porque a los pocos minutos todos fueron puestos en libertad.
¿Y los machetes? Esa fue la justificación de los policías que se pasaron de la línea de actuación, aunque en ningún momento se acredito el uso del arma blanca, más que los gritos y molestia de la gente.
Fue así que nos dimos a la tarea de ver que ocurrió y nos topamos con casos lamentables de personas que no han recibido atención por la deficiente transición del Seguro Popular al Instituto de la Salud para el Bienestar de nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador.
Pacientes con diversas necesidades de atención médica han suspendido sus tratamientos y cirugías debido a los cobros de algunas clínicas como el Hospital del Niño, en donde por una consulta a personas que no cuentan con seguridad social y tienen que acceder al INSABI, se les cobra hasta 250 pesos por el servicio.
Hace un mes y medio, la pequeña Ana Sofía, de tres años de edad, presentó un padecimiento en su ojo en donde comenzó a crecerle un absceso que ha dañado su vista y su calidad de vida.
Su madre Alondra quien vive en la colonia Tierra y Libertad, no cuenta con recursos económicos para solventar dicho gasto por lo que se sujetó al Seguro Popular hoy Instituto de Salud para el Bienestar, pero cada consulta le cuesta 250 pesos, los estudios que requiere más de 3 mil pesos, además de una cirugía de 30 mil pesos.
Juana García Zamarrón, originaria de Parras de la Fuente, señaló que su hijo José Inés Juárez García requiere de una diálisis y una operación, además de un medicamento, cuyo costo es de alrededor de 14 mil pesos y sin el cual no es posible realizarle ningún otro tratamiento o acción médica. No accederá al servicio hasta que pague es la consigna.
El dirigente de la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas en Coahuila, José Luis López Cepeda, dio acompañamiento a estos casos durante una reunión que sostuvo con autoridades de la secretaría de salud el jueves por la mañana, y pues ahí nos mostró los machetes, que no son más que las recetas, los recibos de cobro y las demandas ciudadanas por un deficiente servicio de salud federal que viven ciudadanos de Coahuila.
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