Las agavinas, fructanos obtenidos a partir de agave, tienen características similares a las inulinas, las cuales actualmente tienen un mercado superior a los 2.1 mil millones de USD
Ciudad de México.- Hasta finales de 2018, alrededor de 3 mil plantas de Agave tequilana Weber variedad azul daban vida al otrora árido campo; aunque los agricultores esperan concluir este año con al menos 50 mil plantas cultivadas para su posible explotación en la extracción de jarabe o agavinas, un fructano con diferentes beneficios para la salud.
Pero esas plantaciones no se encuentran en México, sino en Queensland, una de las regiones más áridas al noreste de Australia que busca ser un polo de innovación en torno al cultivo del Agave tequilana Weber variedad azul, usado en el país principalmente en la producción del tequila, pero que para otras naciones representa una oportunidad muy atractiva de negocio.
Para Mercedes Guadalupe López Pérez, investigadora del Cinvestav Unidad Irapuato, quien descubrió y ha estudiado las agavinas por más dos décadas, esto más que un reto representa una oportunidad para México, ya que sus estudios han demostrado que no es necesario competir con la industria del tequila para obtener otros productos del agave, ya que no sólo a partir de A. tequilana sino también otras variedades de ese género pueden ser utilizadas, y que afortunadamente abundan en el país, es posible obtener jarabe y agavinas, que tienen un alto valor de mercado.
Por ejemplo, en el caso de las agavinas, pueden ser una alternativa de las inulinas, que tienen un mercado con valor de alrededor de 2.1 mil millones de dólares a nivel mundial por su amplio uso como prebióticos en el sector alimenticio, sobre todo porque de acuerdo con los estudios realizados en el Cinvestav se han encontrado en algunos casos mejores rendimientos de las agavinas sobre las inulinas en aspectos como reducción de peso y recuperación de microbiota intestinal.
“En muchas especies de agaves hemos identificado la presencia de agavinas, aunque no nos ha sido posible evaluar todas las especies en el país ya que ascienden a cientos. Creemos que todos los agaves las contienen, pero desafortunadamente la mayoría de la gente piensa que solo el A. tequilana Weber variedad azul las genera y eso puede ocasionar una sobreexplotación de esa variedad. Sería ideal dejar esa planta para la industria tequilera y los otros productos hacerlos a partir de otras plantas”, expuso la investigadora.
En estudios in vitro e in vivo, los investigadores del Cinvestav demostraron que las agavinas, al ser fructanos y funcionar de forma similar que las inulinas, son prebiótico de gran calidad que ayudan al crecimiento de los probióticos (las bacterias buenas del intestino). Pero el beneficio adicional del producto obtenido de los agaves es que en modelos animales observaron mayor secreción de la incretina (GLP-1), una hormona que controla el apetito, al tiempo que reduce la producción de la grelina, que es la encargada de inducir el ansia por comer. Por lo que pudieron comprobar que el consumo de agavinas es benéfico para el control del apetito, en consecuencia, disminuye el peso, más importante aún, revierten la mayoría de los daños causados por la obesidad.
De hecho, el grupo de Mercedes G. López analizó muestras fecales de animales con sobrepeso a los que se administró agavinas con una dieta baja en grasa a fin de identificar también los posbióticos, que son los ácidos grasos de cadena corta generados a partir de la fermentación de los prebióticos por las bacterias de la microbiota y responsables de los beneficios en el hospedero.
Ese tipo de análisis de la materia fecal da a los investigadores una idea de lo que ocurre en el colon al administrar agavinas; ya que los posbióticos (ácidos grasos de cadena corta) dan una radiografía de cómo impactan en la salud las agavinas. De hecho, los investigadores del Cinvestav detectaron que los animales a los que se administró el producto obtenido del agave, tenían una microbiota más similar a aquellos animales considerados con peso normal y completamente sanos.
Tras más de 20 años estudiando los beneficios de las agavinas, con lo que ha podido graduar a 15 doctores en ciencia, Mercedes G. López mencionó que aún hay mucha información en torno a estas sustancias benéficas para la salud que pueden ayudar a desarrollar una industria altamente rentable para el país, sobre todo en aquellas zonas áridas donde pueden crecer diferentes tipos de agave.
Finalmente, este año se inició y está por terminar el primer estudio clínico con pacientes normopeso y obesos que recibieron agavinas en 5 diferentes cantidades. Este, hasta donde es de nuestro conocimiento es el primer estudio clínico en México utilizando agavinas. (CINVESTAV)
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