Más de 250 mil muertos y decenas de miles de desaparecidos es el saldo de ésta guerra que el actual gobierno se rehúsa a continuar; en cambio, los delincuentes siguen en pie de lucha, y la cifra de homicidios violentos continúa creciendo mes con mes
Al decretar el fin de la guerra contra el narco, que hace 12 años iniciara Felipe Calderón, Andrés Manuel López Obrador renunció a la facultad que tiene como presidente para combatir la delincuencia. La decisión de no seguir combatiendo a los delincuentes en una lucha armada, implica en los hechos una rendición por parte del gobierno federal en una guerra que deja como saldo preliminar más de 250 mil personas asesinadas y decenas de miles de desaparecidos, además de cientos de miles de familias afectadas.
El 1 de diciembre de 2006, cuando Felipe Calderón tomó posesión como presidente de México, dijo en su discurso: «Sé que restablecer la seguridad no será fácil ni rápido, que tomará tiempo, que costará mucho dinero e incluso, por desgracia, vidas humanas. Pero ténganlo por seguro: ésta es una batalla en la que yo estaré al frente, es una batalla que tenemos que librar y que unidos los mexicanos vamos a ganar a la delincuencia».
«Es una guerra, un tema que yo sé que será muy largo, que probablemente yo no vea el final como presidente», dijo Calderón vestido como militar, el 3 de enero de 2007, dando inicio así a una guerra frontal contra el narcotráfico que duro todo su sexenio y el de Enrique Peña Nieto, en la cual, a pesar de que hubo muchas operaciones exitosas, como la captura y posterior extradición de Joaquín “el Chapo” Guzmán, o el abatimiento de Heriberto Lazcano “el Lazca”, líder de los Zetas, también hubo muchos fracasos y masacres como la de Allende, Coahuila, o la del Casino Royale, en Monterrey.
Doce años después, casi al terminar la conferencia de prensa del 30 de enero de 2019, un periodista le preguntó al presidente Andrés Manuel López Obrador: “¿Se acabó la guerra contra el narco?”.
“No hay guerra” respondió el mandatario. “Oficialmente ya no hay guerra. Nosotros queremos la paz”.
Ese mismo discurso ha mantenido el presidente durante todo éste año, pero a los delincuentes parece que no les importa. Aunque en los hechos el gobierno federal ya se rindió, ellos continúan sembrando violencia y muerte a todo el país. Así lo marcan las cifras oficiales que presenta el propio gobierno federal, ya que de acuerdo con los datos de incidencia delictiva al mes de septiembre de 2019, que publica mensualmente el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, las víctimas de homicidios se han incrementado durante la actual administración. De diciembre de 2018 a septiembre de 2019 se registraron 29 mil 629 víctimas de homicidio doloso en el país. Esta cifra equivale a un incremento de 3.7% respecto al mismo periodo del año anterior, que tuvo 28 mil 579 víctimas.
La guerra contra el narco ya terminó oficialmente. Ahora, vivimos en la era del “abrazos, no balazos”, postura en la que tanto insiste el gobierno federal, mientras que la delincuencia sigue haciendo de las suyas, porque ellos sí mantienen viva su guerra, entre ellos mismos por el control de los territorios y las rutas principales, y contra el gobierno que ahora se rehúsa a combatirlos. (EL HERALDO)
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