Acepta obispo que no le competía intervenir en problemas de monjas

El obispo de Saltillo Fray Raúl Vera, explicó la situación que se suscitó durante esta semana con las hermanas pertenecientes a las Adoratrices Perpetuas del Santísimo Sacramento y reconoció que no debió intervenir en este asunto.

«La situación de las monjas ya está arreglada por la Santa Sede, ya tienen un mandato de que esta fundación se suprime. Hay un documento que di a conocer en el decreto que hice público, el cual salio de Roma el 17 de abril de este año (2019)» explicó.

El religioso comentó que las hermanas fueron acusadas por la Superiora del convento que las acogió en el municipio de San Pedro Garza García.

«Hubo cuestiones que no me corresponde a mí publicarles, la superiora de la comunidad de la que ellas dependían anteriormente se mandó una carta a la Santa Sede donde indicaba cómo ellas estaban procediendo y era contrario a lo que es la legislación de la orden», aseveró.

Aunado a esto, Vera declaró que anteriormente se había entablado un diálogo con las religiosas para saber cuál era la situación en que se encontraban.

«Yo sabía que ahí ya no había una personalidad jurídica. Yo soy religioso y sé como nos movemos nosotros, entonces yo promoví un diálogo de ellas con sus superioras, fueron citadas las tres personas que están ahí. Vinieron las superioras de dos ellas, y les pidieron que regresaran a los monasterios de donde provenían», dijo.

Posterior a los encuentros que las hermanas tuvieron con las Superioras, una de ellas si regresó al monasterio, sin embargo, dos de ellas no obedecieron dicho mandato, fue ahí donde el obispo intervino suscitando toda la problemática que se tuvo en fechas recientes cuando Vera acudió a la casa donde se encontraban las hermanas.

«Una de ellas ya obedeció a ese mandato, ese día que se dio el encontronazo fue porque vinieron otras superioras a entablar un diálogo para que las hermanas restantes regresaran a su comunidad en San Pedro Garza García, yo me indigne porque obstruyeron delibera mente la orden de la Santa Sede», indicó.

Para finalizar, el obispo aceptó que la intervención que hizo para que esta orden fuera disuelta no era de su competencia, sin embargo, su deber como religioso y justiciero de las causas nobles lo orilló a arreglar esta situación.

«A mi no me compete yo tenía por justicia que arreglar eso porque la gente creía que asistía a una casa religiosa que ya no existe», comentó.

Al concluir, el obispo expresó que aún no se tiene un nombramiento para el sacerdote que se encargara de realizar exorcismos en la región, ya que para su punto de vista, es muy delicado y se tienen que seguir una serie de parámetros para poder lograr ser el sucesor que se encargue de los exorcismos, sin embargo, actualmente hay sacerdotes que están atendiendo los casos que llegan. (LESLIE DELGADO)

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El Heraldo de Saltillo
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