Con una Defensoría del Pueblo, Morena y PT quieren sustituir a la CNDH

Foto: Twitter @CNDH

En los ocho meses que Andrés Manuel López Obrador tiene como presidente de México ha tenido dos diferencias con la Comisión Nacional de los Derechos Humanos: es el primer presidente en 29 años en no asistir al informe del ombudsman y hace unas semanas rechazó y calificó de inaceptable una recomendación que ese organismo le hizo por la cancelación de las estancias infantiles. En puerta, se asoma una tercera: la intención de las bancadas de Morena-PT de crear la Defensoría del Pueblo como órgano constitucional de Protección de los derechos humanos para sustituir a la CNDH.

De acuerdo con el sitio web de Expansión, en noviembre de 2018, el grupo legislativo del Partido del Trabajo presentó en el pleno del Senado de la República una iniciativa para crear la Defensoría del Pueblo. Para este periodo ordinario de sesiones, se prevé que las bancadas de Morena en el Congreso de la Unión se sumen a esa iniciativa o presenten la propia; de hecho, algunos legisladores morenistas adelantaron que será el presidente quien envíe una iniciativa para modificar el artículo 102 de la Constitución.

¿Qué es la Defensoría del Pueblo?

El grupo legislativo del Partido del Trabajo en el Senado de la República presentó una iniciativa con proyecto de decreto para reformar el artículo 102 de la Constitución con la finalidad de crear la Defensoría del Pueblo como órgano constitucional de protección de los derechos humanos.

En ésta se contempla:

  1. Constituir la Defensoría del Pueblo como organismo nacional de protección de los derechos humanos y como una instancia más eficiente, cercana a la ciudadanía y comprometida con los derechos e intereses del pueblo mexicano.
  2. La Defensoría del Pueblo formulará recomendaciones públicas, vinculatorias, denuncias y quejas ante las autoridades respectivas. Todo servidor público está obligado a responder las recomendaciones que les presente este organismo.
  3. Conformar una jurisdicción nacional que permita a la Defensoría del Pueblo hacerse cargo de las violaciones a los derechos humanos en todo el país.
  4. La Defensoría del Pueblo contará con autonomía de gestión y presupuestaria, personalidad jurídica y patrimonio propios.
  5. La Defensoría del Pueblo tendrá un Consejo Consultivo integrado por diez consejeros que serán elegidos por el voto de las dos terceras partes de los miembros presentes de la Cámara de Senadores
  6. El titular de la Defensoría del Pueblo, quien lo será también del Consejo Consultivo, será elegido también por el Senado.
  7. La elección del titular de la Defensoría del Pueblo, así como de los integrantes del Consejo Consultivo, y de los representantes de la Defensoría del Pueblo en los estados, se ajustarán a un procedimiento de consulta pública.
  8. El titular de la Defensoría del Pueblo presentará anualmente a los Poderes de la Unión, un informe de actividades. Al efecto comparecerá ante el pleno de las Cámaras del Congreso, en periodo ordinario.
  9. La Defensoría del Pueblo investigará hechos que constituyan violaciones graves de derechos humanos, cuando así lo juzgue conveniente o lo pidiere el Ejecutivo Federal, alguna de las Cámaras del Congreso de la Unión, las víctimas, los titulares de los poderes ejecutivos de las entidades federativas o las Legislaturas de éstas.

Expertos ven puntos preocupantes en iniciativa

Modificar o sustituir la Comisión Nacional de los Derechos Humanos en el contexto de críticas del presidente Andrés Manuel López Obrador implica riesgos que podrían terminar con los contrapesos logrados, asegura Rodolfo Franco, director de Desarrollo Institucional de la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos A.C.

“La idea de reforma de una constitucional para cambiar la naturaleza de la organización es un riesgo que no deberíamos asumir porque también rompería el sistema de contrapesos, porque la CNDH es un contrapeso”.

Para el especialista, hay dos aspectos importantes que se deberán cuidar en caso de que se modifique la CNDH: primero, el relativo a hacer vinculantes todas las recomendaciones de la Defensoría del Pueblo y, segundo, que el titular de esta nueva institución será electo por dos terceras partes del Senado de la República.

Sobre la primera dijo que lo que se tendrá que establecer como vinculante son todas las resoluciones del sistema justicia, porque de lo contrario es trasladarle una responsabilidad a la CNDH, y esa no es la naturaleza de las facultades de los ombudsman.

“La pregunta es por qué creemos que la CNDH va a funcionar diferente a todo el sistema de justicia si sus resoluciones son vinculantes. Parece errado pensar que sean más resoluciones vinculantes y que la CNDH las haga; ¿por qué trasladar esa responsabilidad a la CNDH?, cuando (además) eso lo deben hacer las procuradurías, y los órganos diseñados para eso. La tarea del ombudsman es señalar violaciones a derechos humanos”.

Sobre la elección del titular de la Defensoría, el experto sostiene que es preocupante quitarle a asociaciones y organizaciones de la sociedad civil la posibilidad de proponer las candidaturas, y otorgarle esa facultad al Senado de la República.

“La apuesta por cambiar la manera en que se designa al presidente de la CNDH podría tener consecuencias muy fuertes en términos de la autonomía de la institución”.

Cambiar, pero no quitar facultades

La presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del Senado de la República, Kenia López Rabadán, afirma que si lo que se propone es cambiar de nombre a la CNDH, ello se podría aceptar, pero no el hecho de atentar contra sus facultades.

“No podemos cambiar que el titular de la CNDH sea electo por dos terceras partes del Senado de la República, esos son logros que se han alcanzado… Hoy lo que necesitamos es una CNDH más fuerte, no una CNDH mermada”, sostiene.

La legisladora considera que los grupos legislativos con representación en el Senado no deben acompañar ninguna propuesta que aminore las facultades de la CNDH porque ésta es una institución fundamental para el México, sobre todo en un contexto de ausencia de contrapesos.

La senadora de Acción Nacional destaca que hay dos momentos que retratan la lamentable posición del gobierno frente a la CNDH. La primera es no haber acudido al informe del titular de la Comisión Nacional de Derechos Humanos el pasado 3 de junio, a pesar que desde su fundación ningún presidente de la República había faltado, y la segunda es no aceptar la recomendación de la CNDH por el tema de las estancias infantiles.

“Es claro que hay un gobierno federal que no le gustan los contrapesos, que no le gusta cuando alguien dice algo distinto. Hoy la CNDH es uno de los oasis en donde no hay una lógica de subordinación o posición partidista a favor de Morena”.

López Rabadán afirma que este gobierno se tendrá que ir en algún momento como lo hizo el PAN y el PRI, pero las instituciones permanecen, por lo que debería ser imperativo fortalecer y no debilitar a los órganos autónomos. (EXPANSIÓN)

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Agencias