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Plaza tras plaza, en cada una de las cuatro ciudades que Andrés Manuel López Obrador visitó el fin de semana, repitió el mismo mensaje. Enumeró los grupos a los que se les entregarán, a todos los que lo necesiten, sin límite, recursos en efectivo, mes tras mes, y en forma directa. Lo mismo hay dinero que para adultos mayores, que para discapacitados, y para jóvenes, ya sea que estudien en preparatoria o profesional, o que no estudien ni trabajen.

Y sí, los recursos ya están llegando, y de forma directa como prometió, pero llama la atención que los primeros eventos de entrega de dinero, al menos en Saltillo, están encabezados por diputados de Morena y el Delegado Reyes Flores.

Hace semanas en Monclova quedó en evidencia que el empadronamiento para este reparto de dinero público se hacía en oficinas de la diputada Melba Farías, ahora en Saltillo aparece Diego del Bosque, representante de Morena en la Cámara de Diputados, entregando los recursos. Eso no es correcto.

Y habrá desde luego quien diga, y razón no le faltará, que lo mismo siempre han hecho en el PRI. Igual de incorrecto y cuestionable. Se supone que esas cosas se acabarían, hay cambios que se entiende vayan a tardar, hay que romper inercias y resistencias, pero esta forma chapucera de reclutar votantes se podría terminar de tajo si existiera la voluntad. Por lo visto no la hay.

Previo a la gira ya el delegado Reyes Flores había confirmado que ningún grupo o sector tendría encuentro de trabajo con el Presidente, que si alguien quería abordarlo debería intentarlo en alguno de los eventos.

En esto sí hay cambio, hasta donde se ve se acabaron los espacios de diálogo para actores o grupos, seguramente tampoco funcionarán desplegados y cartas abiertas. Quien tenga algo que señalar, pedir o proponer debe acudir a donde pueda hacerse notar y captar la atención de López Obrador.

Hubo sin embargo quienes sí tuvieron su cita privada con el Presidente. Los hermanos Armando y José Luis Guadiana Tijerina, con los que se reunió en Monclova.

Dicen que previamente, en el evento que hubo el viernes, López Obrador prodigó más atenciones a José Luis Guadiana, y es que según aseguran el empresario carbonero invirtió recursos en la campaña presidencial, incluso más que su hermano el Senador.

Para otros dos personajes tuvo el Presidente expresiones de reconocimiento. Primero para el ingeniero Gustavo Galaz, ya fallecido, a quien recordó en Monclova como uno de los primeros que apostó a su proyecto.

Y sí, cuando comenzaron las visitas proselitistas de López Obrador a Coahuila, por allá de 2005, aún siendo Jefe de Gobierno del entonces Distrito Federal, y apenas superado el encontronazo que tuvo con Vicente Fox por el intento de desafuero, el anfitrión en la región Centro era el ingeniero Galaz.

Incluso AMLO vino a los funerales del empresario, y siempre le reconoció las condiciones que daba a sus trabajadores en INMAGUSA, planta que hoy es propiedad de otro grupo.

Hoy dos miembros de la familia Galaz ocupan cargos públicos, Eva es senadora, y Marco Antonio Rodríguez está como titular de una representación federal.

Al día siguiente, en Acuña, se refirió a Evaristo Pérez Arreola, recordó que se conocieron cuando él estudiaba en la UNAM y el político coahuilense dirigía el sindicato de trabajadores de la Universidad, aunque luego dejó de verlo y después supo que «se regresó a su pueblo».

Realmente Pérez Arreola nació en Jiménez, no en Acuña, pero su carrera política a nivel local sí la desarrolló ahí. Había sido en dos ocasiones candidato a alcalde, sin éxito, luego logró una diputación local y antes de concluir su encargo se postuló nuevamente para la Presidencia Municipal.

Las autoridades electorales le negaron el registro, pero Pérez Arreola tenía algún vínculo con Carlos Salinas de Gortari y desde México vino la orden para restituirlo como candidato. Era además la época de las concertacesiones, en esa elección al PAN le entregaron la alcaldía de Saltillo y a Evaristo la de Acuña, y a partir de ahí vino la debacle del PRI en la fronteriza ciudad.

Años más tardes Pérez Arreola se subió a la corriente que impulsó a Vicente Fox, y desde entonces su franquicia política, la UDC, ha sido un aliado incondicional del panismo, incluso ahora su hijo Evaristo Lenin forma parte de la bancada del PAN en la Cámara de Diputados.

Incluso el sábado en Acuña hubo un duelo entre las porras de López Obrador y la de Lenin, los acarreados de cada uno se encargaron de ponerlos por los cielos.

AMLO sabe de la fuerza política de los Pérez Arreola en esa región, por eso no dudó en ponderar el recuerdo de Evaristo y en buscar algún lazo que los vinculara, no importa que en el pasado del fundador de la UDC estén sus alianzas con el innombrable Salinas y con Fox, dos de sus enemigos jurados.

Hubo en la gira seis compromisos presidenciales: resolver con Estados Unidos los aranceles que cobran a las importaciones de acero mexicano; fortalecer a la industria siderúrgica nacional; un «buen acuerdo» para comprar siempre el carbón a los pequeños productores; 550 millones de inversión para infraestructura en colonias de Acuña, y la terminación de un hospital del IMSS en esa ciudad, y otro del ISSSTE en Piedras Negras.

Enlistados los compromisos, habrá que estar al pendiente de que los cumpla.

 

 

Autor

Eduardo De la Peña de León