TERESA GURZA
Llegamos en México a este Día Internacional de la Mujer, que conmemora el sacrificio de las 146 valientes obreras estadounidenses que por exigir mejores condiciones laborales fueron quemadas el 8 de marzo de 1908 en la puerta de la de la fábrica textil Cotton de Nueva York, con un nuevo gobierno, un gabinete sumiso, una oposición desprestigiada, 10 asesinatos de mujeres al día, y millones de mexicanas sin acceso a lo indispensable y marginadas de cargos políticos y empresariales.
Y a nivel internacional, son cada vez más visibles los reclamos de mujeres enojadas con la situación de discriminación y el aumento mundial de feminicidios.
Hubo, sin embargo, algunos avances; debidos en mucho, a la creciente solidaridad entre mujeres:
*El uno de enero dos indias lograron entrar por primera vez en siglos, al templo hindú de Sabarimala; y más de tres millones formaron una cadena humana de 600 kilómetros en protesta por la negativa de permitir mujeres en el santuario.
Además, el Gobierno de Nepal prohibió la tradición chaupadi; que lleva a que las mujeres que tienen su regla sean expulsadas de sus casas por «impuras» y enviadas a inmundas chabolas donde deben cocinarse y hacer fuego para calentarse; algunas mueren asfixiadas.
*La ONU propone a los gobiernos que en 2030 no haya ‘ninis’, grupo casi totalmente feminizado integrado en América Latina por 12 y medio millones de jóvenes entre 15 y 24 años, con pocas oportunidades.
*Mujeres de Houston denunciaron a líderes de la Iglesia Bautista del Sur, por abuso sexual de más de 700 víctimas en los últimos 20 años; algunas, de apenas tres años de edad,
*En Estados Unidos, muchas mujeres ganaron terreno electoral; Sharice Davids y Deb Haaland, son las primeras indígenas elegidas al Congreso en Washington y sus compañeras demócratas, Ilhan Omar y Rashida Tlaib, las primeras musulmanas.
*Mujeres desesperadas iniciaron una red social para liberar de su situación de esclavas modernas, a más de tres millones de muchachas que sirven en la zona del Oriente Próximo; muchas trabajan en el Líbano.
*El Reino Unido castigará con dos años de cárcel, a quien tome fotos bajo las faldas de una mujer; y su nombre irá a las listas públicas de delincuentes sexuales.
Para lograrlo se hizo una campaña en redes sociales que juntó 50 mil firmas y el apoyo de la primera ministra, Theresa May.
*Isabel Muntané pidió en El País, hablar de los micromachismos, violencias cotidianas abusivas y extremadamente peligrosas por su persistencia y que muchas veces preceden a los feminicidios.
*En Madrid, donde en 2018 cada cinco días fue asesinada una mujer por su pareja, la rebelión contra la violencia machista se hizo patente con canciones interpretadas por 22 cantantes de diferentes edades y estilos homenajeando a las “que se rebelan, no se callan, a las humildes y las mansas y a las que imaginan cosas imposibles, como el derecho a ser felices”.
*El papa Francisco admitió finalmente el histórico maltrato sexual y laboral, del clero a las monjas.
Recuerdo que cuando cubría yo para La Jornada la fuente religiosa, que ese diario considera con razón fuente política, algunos morbosos monseñores debían dar el visto bueno a las ropas de las monjas, que entonces no salían de hábito a las calles; y para comprobar que no era ajustada y nada se les veía, las hacían posar y agacharse.
*Monjas francesas prefirieron renunciar a los votos que aceptar un comisionado designado por el Vaticano.
*Cansadas de las interpretaciones “tendenciosas y parciales” de las Escrituras, donde las mujeres aparecen siempre como sirvientas o pecadoras, un grupo de teólogas católicas y protestantes creó una «Biblia de las Mujeres”, cuyo primer ejemplar se publicó en octubre pasado.
*Advancing Women Artists, es un movimiento femenino que restaura en Florencia cuadros pintados hace siglos por mujeres, y que permanecen en las bodegas de museos.
*En España, la Organización de Trabajadoras Sexuales (Otras) recibió el pasado agosto permiso gubernamental para funcionar como sindicato y evitar que proxenetas se conviertan en empresarios y prostitutas en sus empleadas.
*El pasado octubre la ONU exigió en Marruecos, el fin de pruebas de virginidad que además de afrentosas para las mujeres casaderas, llevan a muchas al suicidio ante el solo anuncio de que irán al ginecólogo.
‘Constato que esta señora es sana y virgen’, escriben los médicos en los certificados; siendo la palabra virgen, la que interesa a las familias.
Pero algunas chicas se oponen a que el certificado sea eliminado, porque lo ven como protección ante un posible repudio del marido al día siguiente de la boda.
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